Cuando no se elige al más animal de todos, parece que no es realmente democracia
Albert Guinon (1863-1923) Dramaturgo francés
El rector nicolaita, de la mano de los líderes de las dos mafias disfrazadas de sindicatos universitarios, anunció la semana pasada que inició una cruzada, la misma de cada año a estas alturas, para conseguir, de los gobiernos federal y/o estatal, los alrededor de 1,057 millones de pesos que se requieren para solventar los gastos que implica la pesadísima nómina de la Universidad Michoacana en la recta final del año.
Es la misma cantaleta de año con año: la institución no tiene dinero para el último trimestre. Y, en efecto, no lo tiene, pero porque no ha hecho nada, absolutamente nada para reducir su déficit financiero, fenómeno en el que el gasto, su monumental gasto corriente, es clave.
Medardo Serna, Eduardo Tena y Gaudencio Anaya, otrora enemigos, hoy en amoríos políticos inconfesables, han comenzado el chantaje anual, tocando puertas en gobierno del estado, en la Secretaría de Educación Pública, sin soslayar reuniones de cabildeo preliminares con el equipo de Andrés Manuel López Obrador, en la búsqueda de obtener esos más de mil millones de pesos.
A contrapelo de lo políticamente correcto, que es desear que las gestiones de Serna y sus perversos aliados fructifiquen, estoy convencido de que lo mejor para la Universidad, es que en esta ocasión fracasen.
No tiene mucha ciencia: cada año, alguien se toca el corazón, sea el gobernador en turno, el secretario de Educación Pública, el de Gobernación, acaso el mismo presidente de la República, el caso es que siempre el chantaje nicolaita da resultados: consiguen los cientos de millones que les hacen falta para sacar adelante la nómina de fin de año. Y digo chantaje, porque siempre se pone por delante que se trata de la educación de nuestros jóvenes, el futuro del país.
¡Pamplinas!, las cosas como son: la Universidad requiere ese dinero cada año, porque nunca ha sido capaz de bajar los altísimos sueldos de sus funcionarios, ni de cesar a los cientos de aviadores o semi aviadores que el Sueum ha metido con calzador, luego de venderles las plazas. Nunca ha tenido la voluntad de eliminar bonos grotescos (de puntualidad, de horas extras y un larguísimo etcétera), ni de eliminar gastos obscenos como la compra de canastas de lujo para sus empleados (otro negocio sindical), ni los sesenta días de aguinaldo. Jamás han tenido los nicolaitas la voluntad de aportar un peso partido por la mitad para la conformación de su fondo de pensiones y jubilaciones, menos de abatir el derroche de recursos que significan las casas de estudiantes.
Porque para eso se requiere el dinero extra en la Universidad, no para mejorar bibliotecas, equipar laboratorios, modernizar instalaciones educativas, actualizar a la plantilla docente. Si fuera para esto, bienvenido el esfuerzo recaudador y todos haríamos causa para que se aumentaran los presupuestos a la institución.
Pero como siempre hay un buen samaritano que sale al quite con la Universidad, ésta se tira a la hamaca y no siente la presión de contener su histórico derroche de recursos. Saben el rector y sus dos mafiosos aliados, que no hay necesidad de apretarse el cinturón.
Por eso, y perdón, pero ojalá fracasen Serna, Tena y Anaya en su campaña de recolección de recursos para fin de año. Mis mejores deseos de que nadie les tienda la mano. A ver si así, el año próximo comienzan a aportar algo en la solución de una crisis financiera que ellos mismos se buscaron. El día que se vea voluntad de los nicolaitas para ello, entonces sí, que vengan los recursos que sean necesarios. Antes, no. Insisto, mis mejores deseos de que fracasen. Veremos. jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelopezmtz>