La democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre, con excepción de todos los demás:
Winston Churchill (1874-1965) Primer Ministro inglés
Los liberales de pensamiento no es que estemos de plácemes por la victoria de José Antonio Kast en las elecciones presidenciales de Chile. Es un ultraderechista y ese solo hecho obliga a levantar la ceja. Empero, lo que sí debemos resaltar es que la democracia sigue imperando en Chile, y sin sobresaltos de ninguna índole un izquierdista como Gabriel Boric entrega el poder a su antípoda ideológica. De eso se trata la democracia y Chile confirma porqué es la más avanzada en Latinoamérica.
Kast aplastó a la izquierdista Jeannette Jara por casi veinte puntos porcentuales de diferencia, pero la perdedora no sólo aceptó el resultado sin chistar, sino que felicitó al ganador y le deseó suerte por el bien de su país.
Los chilenos quedaron decepcionados del moderado izquierdista Gabriel Boric, y fueron seducidos por la oferta de Kast basada en un serio ajuste al gasto público, un combate frontal a la creciente criminalidad con mano dura y la expulsión de cientos de miles de migrantes que han arribado al país irregularmente en los último años.
En el fondo, lo realmente relevante es la posibilidad de la alternancia en Chile vía elecciones democráticas y justas. De hecho, los últimos veinte años el péndulo ha ido de extremo a extremo constantemente. Brasil y Argentina han girado abruptamente también a regímenes ultra derechistas con
Jaír Bolsonaro
Javier Milei, igualmente en escenarios democráticos.
Llama la atención que los tres países sobrevivieron a dictaduras militares en los setenta y ochenta, y paradójicamente México va a contracorriente de los aires democráticos de la región, con la instauración de la dictadura cuatroteísta que lo primero que se aseguró fue el sometimiento de los órganos electorales para garantizar que queden sepultadas las elecciones democráticas.
Podremos o no estar de acuerdo con el arribo al poder en Chile de un ultra derechista, pero es claro que es envidiable para México que en el cono sur siga fuerte la democracia y aquí haya quedado sepultada. Boric fue un presidente de izquierda moderada, tolerante, abierto al universo de visiones y, evidentemente, un demócrata. La supuesta izquierda de la 4T mexicana es todo menos demócrata. Es simplemente una dictadura, fáctica si se quiere, lo que se comprobará en las elecciones del 27, donde estaremos mucho más cerca de escenarios como el venezolano, que el chileno. Si no, al tiempo. X@jaimelopezmtz



