Por más claro que sea un manantial, cuando se convierte en un río no puede evitar ser contaminado por el lodo
Maurice Druon (1918-2009) Escritor francés
Es evidente que el choque entre las policías estatal y moreliana, a propósito de la duda con respecto a si los elementos cesados de esta segunda son incorporados en aquella, obliga a reformular los esquemas de coordinación entre ambas.
Alejandro González Cussi, jefe de la Policía capitalina, insiste en que al menos hay once casos de elementos dados de baja por diferentes motivos, que han encontrado acomodo en la Guardia Civil Estatal, organismo que no tardó en revirar asegurando que todos sus miembros han pasado los protocolos de control y confianza.
Bajo el razonamiento, podría caber la posibilidad entonces de que un policía municipal cesado, digamos por una falta administrativa, sea dado de alta en el nivel estatal, porque ahí dicha falta no se considere grave. En realidad, ninguna de las dos instancias estaría incurriendo en una irregularidad, porque lo que para una se puede tratar de una falta grave, para la otra no lo es.
El problema es que no puede haber criterios opuestos, ni siquiera medianamente contrastantes, en un rubro tan sensible como la seguridad pública, y los estándares que se sigan para evaluar el desempeño de quienes deben garantizarla.
Lo ideal desde luego es que haya criterios y protocolos homologados no solo entre las policías locales y la estatal, sino de estas dos con las de ámbito federal. Que esos criterios sean opuestos va en detrimento de la seguridad que, en teoría, los tres niveles de gobierno están obligados a garantizar para la ciudadanía.
Esta clase de diferendo sólo dejan en claro que es urgente una mayor coordinación entre las policías de todos los niveles o, por lo menos, entre la moreliana y la estatal. Es deseable que de este choque mediático, los titulares de ellas saquen provecho y avancen en esa homologación y más eficaz coordinación. Veremos si hay el talante y la disposición para hacerlo.
Y a la pesadilla ya solo le quedan 600 días.
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