Jugar al fútbol es muy sencillo, pero jugar un fútbol sencillo es la cosa más difícil que hay
Johan Cruyff (1947-2016) Futbolista y técnico holandés
Juan Bernardo Corona le ha generado muchos más dolores de cabeza al gobernador Silvano Aureoles, que las ayudas que le ha proporcionado. Casi no hay actuación policiaca de la que haya salido bien librado, como secretario de Seguridad Pública, es decir, como jefe de la policía michoacana.
Desde intimidaciones verbales a periodistas hasta la sospechosa muerte de dos detenidos en pleno traslado a barandilla, pasando por la mal planeada incursión policiaca a Arantepacua con su saldo rojo de cuatro comuneros y un policía muertos, nada parece salirle bien a Corona.
Este sábado tiene otra encomienda de alta trascendencia: el encuentro de futbol entre Morelia y Pumas y todo lo que le rodea.
Espero que Corona ahora sí dimensione el nivel de riesgo de ese encuentro. Por una parte, los salvajes aficionados universitarios que aunque no tengan boleto ya han anunciado que se dejarán venir el sábado a Morelia desde la capital del país. Su sola presencia, hace que se prendan las luces rojas, y más, si como se prevé, no pueden ingresar al estadio. Su muy previsible ira debe tener en total alerta a la policía local.
Y luego, peor aún: si se llegan a conjugar resultados en sentido negativo para el equipo moreliano, es decir, que al término del encuentro, por ahí de las nueve de la noche, la fortuna no le haya sonreído y esté descendido –lo cual es una real posibilidad-, el riesgo de violencia generalizada entre la hinchada local es también real. Nunca faltan los dementes que confunden el respaldo a un equipo con imbecilidades relacionadas con violencia, ni los que aprovechan la ira colectiva para incurrir en actos de pillaje y criminalidad.
Corona no puede suponer que el del sábado es un partido más y que, por ende, el operativo policiaco es igual al de cualquier otro juego de futbol. Lo estrictamente deportivo pasa a segundo término. La amenaza de violencia, por lo ya descrito, es absolutamente real y como tal debe ser asumido por la dependencia encargada de evitarla, la Secretaría de Seguridad Pública, y por su titular, claro.
Es de esperarse que ahora sí las circunstancias no lo rebasen y entregue Corona buenas cuentas. Ya debe una en ese sentido. Veremos.
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