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miércoles, julio 23, 2025

CORREGIR ESCUELAS NORMALES, CUESTA ARRIBA

Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto

George C. Lichtenberg (1742-1799) Escritor alemán

 

jaimelopezHéctor Ayala, el secretario de Educación en la entidad, parece haber asumido con la debida seriedad y responsabilidad el escándalo de la casi segura corrupción con la venta de exámenes para aspirantes a las escuelas normales de la entidad. Habíamos advertido en este espacio el martes anterior, la necesidad de que fuera al fondo del fenómeno, y todo apunta a que así será.

Primero, ha anunciado que la Secretaría de Educación repondrá el examen en cuatro de los ocho planteles en que se practicó, toda vez que todo apunta a que es en ellos en donde se presentaron los casos de corrupción.

Luego, se ha comprometido también a que se investigarán a fondo dichas irregularidades y que si éstas ameritan sanciones administrativas o hasta penales, así se procederá. Obviamente, se espera que al conocer los mecanismos de corrupción empleados, se anulen no sólo para la reposición, sino también en adelante, comenzando en el examen del próximo año, que sería el último que tendría que organizar el gobierno silvanista.

Además, Ayala ha reconocido que la operación de las normales michoacanas se ha caracterizado por su irregularidad en todos sentidos, lo que es preciso enmendar. La corrupción detectada en este proceso, es sólo una evidencia más de la necesidad de corregir de fondo el muy debilitado orden administrativo de esos planteles.

Pero no es una cirugía menor la que requiere el sistema de normales, dado que se encuentra absolutamente podrido: operan como autogobiernos, sin control de la SEE; no aceptan sujeción a normas ni protocolos académicos ni administrativos de ningún tipo; a tal grado se encuentran corrompidas, que hay algunas, como la de Arteaga, que han sido infiltradas por el crimen organizado; todos los normalistas se conducen como auténticos delincuentes, en la más completa impunidad; ni ingresan ni egresan los mejor preparados, sino los que son cobijados por el manto protector del chantaje y la presión de los liderazgos; el régimen de materias que se cursan, los métodos y criterios de evaluación, así como la selección del equipo docente, no los define la autoridad educativa, sino los propios alumnos, lo que significa el colmo del cinismo. En el fondo, el problema es que el gobierno abandonó la rectoría del sistema hace mucho tiempo.

Recuperarlo, es el gran reto del silvanismo en ese rubro. Héctor Ayala parece convencido de ello, pero habrá que ver hasta donde alcanza a avanzar, no sólo por el escaso tiempo que tiene para ello, sino por la complejidad y hasta los riesgos que implica tratar de corregir un adefesio del tamaño en que se convirtió el sistema de normales. Veremos.

twitter@jaimelopezmtz jaimelopezmartinez@hotmail.com

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