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lunes, julio 14, 2025

CORTE LOPEZ OBRADORISTA

Cuando era joven, decidí entre ser pianista en un burdel o político profesional. A decir verdad, no hay mucha diferencia

Harry S. Truman (1884-1972) Presidente de Estados Unidos

 

jaimelopezDe manera gradual, pero firme, el presidente López Obrador se va acercando al modelo con el que sueña en el Poder Judicial: afín, manipulable, que en los hechos forme parte de su 4T. Y ahí la lleva.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación opera con once ministros. Para la toma de decisiones, obviamente se requiere la uniformidad de criterios de al menos seis.

No ha habido presidente de la república que no aproveche la coyuntura legal y política para asegurarse de promover a ministros de la Corte afines a él o, al menos, no abiertos opositores. Tener una Corte “a modo” le garantiza al presidente en turno que las medidas más relevantes que tome su gobierno y que puedan llegar a la controversia constitucional, se perfilen como a aquel le convenga en la resolución que tome el Poder Judicial.

Con López Obrador no es por supuesto la excepción, pero incluso con el fenómeno agravado, por la particular aversión que tiene a todo lo que huela a autonomía y a contrapeso al poder presidencial. Al momento de iniciar su administración, el tabasqueño obviamente no tenía ministros “suyos”, dado que todos fueron designados en los gobiernos de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto.

Pero los tiempos legales rápido se volvieron un aliado del presidente: apenas en el primer trimestre de su gestión dos ministros culminaron su periodo, y de inmediato pudo comenzar a beneficiarse con la atribución constitucional de proponer al Senado la terna para elegir a un ministro. Si se considera que el Senado es en realidad una oficialía de partes de Palacio Nacional, imponer a dos leales en la Corte, como Yazmín Esquivel Mossa y Juan Luis González Alcántara, fue como coser y cantar para el presidente.

Pero dos, de once, siguen siendo insuficientes, de ahí la operación de cabildeo político y de “manita de puerco” que el presidente echó a andar: en lo político, allegándose convenencieramente al presidente Arturo Zaldívar, hasta volverlo, en los hechos, aunque haya sido designado desde la época de Felipe Calderón, el tercero de los lopez obradoristas en la Corte. Con sus declaraciones y su actuación, Salvídar así lo evidencia.

Y operación “manita de puerco”, para obligar a Eduardo Medina Mora a renunciar al cargo, amagándole con meterlo a la cárcel de no aceptar abandonar la Corte de manera “voluntaria”. Obvio, una vez aceptada su renuncia, el presidente lo único que tiene que hacer es esperar a que el Senado simule un análisis de la terna que enviará para sustituir a Medina, y luego designe al que el mandatario quiera.

Así, ya serán cuatro los ministros lopez obradoristas, y en cosa de un año estará en posibilidades de conseguir el quinto, dado que José Fernando Franco dejará vacante otra silla.

Es decir, antes de que termine el primer tercio de su gobierno, López Obrador dispondrá de cinco espacios seguros en la Corte, de once que hay en total. Con uno más, sólo uno más, tendrá a ésta a su merced. Los tiempos legales no le dan para esperar otra separación por conclusión de periodo, razón por la que seguramente echará mano de otra “manita de puerco” para obligar a una renuncia más y así cumplir la meta de seis espacios, es decir, la anhelada mayoría.

Pronto veremos qué otro ministro renuncia, claro, voluntariamente. Al tiempo.

twitter@jaimelopezmtz jaimelopezmartinez@hotmail.com

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