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sábado, agosto 9, 2025

CRIMINALIDAD DESATADA

Más que por la fuerza, nos dominan por el engaño

Simón Bolívar (1783-1830) Político y militar venezolano

 

jaimelopezNo tuve la oportunidad de tratar a Abraham Mendoza más allá de un par de ocasiones, en ninguna como para abordar temas que me permitieran conocerle un poco mejor, solo a manera de saludos y preguntas de cortesía obligadas. Debo ser franco: tampoco le escuché de manera sistemática en los diferentes espacios radiofónicos y televisivos que encabezó, aunque las pocas ocasiones que lo hice me gustó su estilo dinámico, aunque incisivo en determinados temas.

 

Empero, el punto no es si Abraham era un amigo o conocido personal, o si su estilo periodístico era atractivo o no. Para nada. El punto es que fue asesinado de manera artera. Incluso, no es el meollo saber si su ejecución estuvo relacionada o no con su actividad en la comunicación, aunque por el momento entiendo que no se dedicaba a ella, por lo menos no de manera protagónica desde hace algún tiempo. Eso lo deberá dilucidar la Fiscalía General de Justicia con sus investigaciones.

Lo alarmante, lo que indigna es la absoluta facilidad con la que en nuestra ciudad, en nuestro estado, en el país, puede cometerse un asesinato a pleno medio día y en un sitio de lo más transitado en Morelia, nada menos que la mismísima avenida Madero, ante decenas o quizá cientos de personas. 

Rescatable la respuesta policiaca que logró dar con tres sujetos apenas minutos después del crimen, presumiblemente autores del mismo. Empero, repito, es alarmante que para cometer un homicidio, cualquiera que haya sido el móvil, los delincuentes no tengan ningún reparo en hacerlo bajo esas condiciones de impunidad, impensables en otros tiempos.

Hoy, los crimínales saben que tienen un 98 por ciento de posibilidades de cometer un ilícito, incluido uno de alto impacto mediático como el que ayer terminó con la vida de Abraham, sin que sean detenidos. Todo apunta a que afortunadamente este lunes los tres presuntos asesinos serán incluidos en el dos por ciento restante, el excepcional. Pero eso no cambia el ritmo y el comportamiento de la criminalidad en México.

Mi condena absoluta al asesinato de Abraham, y mi exigencia para que no quede impune. Lamentablemente, evidencia que la criminalidad, en todas sus negras vertientes, está por completo fuera de control en México, fenómeno no nuevo pero sí recrudecido en los últimos años, producto, sin duda, de suponer desde el poder que con abrazos hay que contener a los criminales.

Descansa en paz, Abraham.

twitter@jaimelopezmtz

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