La humanidad progresa: hoy solo queman mis libros, siglos atrás me hubieran quemado a mí
Sigmund Freud (1856-1939) Médico austriaco
El alcalde Alfonso Martínez impulsó en el Cabildo reformas legales que le permitan a la autoridad municipal mayor drasticidad en las sanciones a bares, antros y restaurantes, en virtud de que se trata de un sector que regularmente suele irse por la libre, que no sabe de acatamiento a normas y que actúa en la más completa impunidad.
La sanción será ahora la clausura cuando se permita el ingreso y se venda alcohol a menores de edad, o cuando el lugar no cierre a la hora máxima permitida o no se respeten los niveles de volumen de música contemplados en los reglamentos.
En realidad tampoco es que cambien radicalmente los reglamentos en ese sentido; siempre se han contemplado sanciones ante las referidas violaciones por los llamados giros rojos. El problema es la falta de voluntad para aplicarlas por la autoridad en turno.
Cierto, ahora hay mayor severidad en las sanciones, pero lo importante seguirá siendo la decisión de la autoridad para ponerlas en práctica. Todo apunta a que Alfonso Martínez está decidido a hacer valer el reglamento, contra viento y marea.
Que hasta ahora no haya sido asi, tiene que ver con dos factores básicamente: uno, la corrupción entre los inspectores municipales, que al detectar negocios con alguna irregularidad, exigen dinero a cambio de no aplicarles la sanción correspondiente, y dos, más grave, que muchos de esos lugares, antros y bares sobre todo, o pagan derecho de piso al crimen organizado o de plano son propiedad de delincuentes que ahí lavan dinero, lo cual los vuelve prácticamente intocables para las autoridades.
A eso se enfrentará el alcalde y su decisión de meter en cintura a ese tipo de negocios rojos. Es más fácil de resolver el problema de los inspectores corruptos, porque el otro es de alto riesgo. Es de esperarse que no se arredre ante ninguno de los dos fenómenos. Por supuesto, en esa cruzada tiene el pleno respaldo de los morelianos, hastiados de la impunidad en que se mueven los propietarios de esos establecimientos.
Veremos hasta dónde avanza el edil. Ojalá lo suficiente porque la operación de los negocios rojos está firmemente vinculada al nivel de empoderamiento que han alcanzado los grupos delincuenciales.
twitter@jaimelopezmtz
