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martes, julio 29, 2025

CUANDO LA IMPERICIA POLICIACA PROVOCA MUERTE

Si no logras desarrollar toda tu inteligencia, siempre te queda la opción de haberte político

(Gilbert Keith Chesterton (1874-1936) Escritor británico

 

jaimelopezEn agosto de 2019, vecinos del fraccionamiento Jardines del Toreo, ubicado sobre la Calzada La Huerta, solicitaron la presencia policiaca porque un joven, vecino del mismo lugar y que padecía algunos trastornos de conducta, se había introducido a una de las viviendas.

Julín era conocido en el sitio por los vecinos, pero sus trastornos emocionales provocaban temor en algunos de ellos. Sus familiares aseguraban que era inofensivo. Como sea, ese día se llamó a la Policía.

Efectivos policiacos llegaron pero fueron incapaces de controlar la situación. Julín, Julio César Salcedo Chagolla, corrió asustado antes su presencia, pero fue abatido a tiros, en un escenario de absoluta falta de preparación de los policías para contener a un joven desarmado. Lo único que se les ocurrió fue disparar a matar.

La jefa de la Policía en ese momento era Julissa Suárez Bucio. Cualquiera con un mínimo de dignidad profesional hubiera renunciado al cargo, dada la impericia de sus subalternos que cobró una vida. Lejos de eso, solo se separó unos días mientras duraba una supuesta investigación.

En cuanto bajaron de intensidad las críticas y la polémica, Suárez regresó a laborar como si nada, y si bien la Fiscalía General de Justicia abrió una investigación en contra de los policías involucrados, ésta jamás avanzó y es hora, luego de tres años, que nadie ha sido sancionado. Lejos de que la tragedia le ocasionara alguna merma en su currículum, Suárez Bucio es hoy la flamante titular de la Academia Estatal de Policía.

Por más cruel que parezca, quien no fue capaz de contar con elementos preparados para contener un episodio tan sencillo como el de Jardines del Toreo, hoy es responsable de la preparación de los policías de todo el estado.

Mientras, el alcalde Alfonso Martínez ha anunciado que acatará una recomendación de la Comisión Estatal de Derechos Humanos y que ofrecerá una disculpa pública y oficial por el asesinato de Julín, si bien ocurrió en la anterior administración municipal. Hace bien el alcalde, pero además, sería correcto que también ofreciera alguna reparación del daño a la familia y, sobre todo, que nos garantizara que ahora sí los policías ya están preparados para enfrentar eficazmente una situación tan sencilla como esa.

Si a un joven con problemas emocionales tuvieron que matarlo para contenerlo, ¿qué esperar cuando tengan que enfrentar verdaderos criminales? Martínez Alcázar debe garantizarnos que los efectivos policiales a su cargo ya no son unos asesinos en potencia por su impericia. Veremos. Y mientras, a la pesadilla todavía la faltan 735 días.

twitter@jaimelopezmtz

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