Para frenar la corrupción, hay que ser valientes para que enfrentar y quejarse de los corruptos
Amit Kalantri (1988-?) Escritor hindú
De buenas a primeras, la 4T bajó de la orden de este martes en la Cámara de Diputados, la votación de la reforma electoral enviada por el presidente López Obrador. Ya era un hecho que la 4T no tenía los votos necesarios para sacarla adelante, porque el bloque opositor en esta ocasión sí se mantuvo firme, pero aún así el presiente ordenó que se enlistara y se votara.
Pero de manera por demás sorpresiva, la votación fue aplazada para la siguiente semana, bajo el pretexto morenista de que fue para dar más tiempo para el análisis. Evidentemente, no habrá tal análisis, ni tampoco ganan tiempo para tratar de comprar votos de priistas, como se ventiló como posibilidad.
En realidad, el presidente y sus diputados ya se han hecho a la idea de que su reforma para pulverizar al INE está muerta, de ahí que ya trabajen en cambios a leyes secundarias.
Lo que este martes pasó en San Lázaro, no fue otra cosa que una sublevación de los aliados de Morena. En efecto, PT y Verde amagaron con ni siquiera votar a favor de la reforma presidencial y, peor aún, con tampoco respaldar las modificaciones secundarias.
Ello solo tiene dos explicaciones: como buenas meretrices de la política, los legisladores de ambos partidos entendieron que era el momento de elevar el costo de su voto, dada la relevancia que para López Obrador tiene cambiar las leyes secundarias en materia electoral. Era el momento de subir su cuota. Y la otra opción es que por fin dimensionaron que dichos cambios en realidad los afectarán directamente, sobre todo los que tienen que ver con la reducción de prerrogativas a los partidos, lo mismo que el ajuste en el número de escaños legislativos. Mucha alianza y mucho amor con la 4T, pero cuando se ve en riesgo el lucrativo negocio que es manejar un partido como franquicia, no hay amor ni alianza que valgan.
Ignacio Mier, el líder de la bancada morenista, fue tomado con los dedos en la puerta y, arrinconado, lo único que se le ocurrió fue bajar el tema de la orden del día y mandarlo para la siguiente semana.
Como en el circo, vaya tragedia cuando crecen los enanos, y para López Obrador los enanos son ambos partidos. Ya le crecieron.
Menuda oferta tendrán que hacer en Morena a petistas y verdes para que apoyen los cambios a leyes secundarias con los que sueña el presidente en su enfermiza persecución al INE. El cash se apresta para volver a ser la solución. Y a la pesadilla todavía le quedan 671 días.
twitter@jaimelopezmtz
