No me preocupa tanto la gente mala, sino el espantoso silencio de la gente buena
Martín Luther Kkng (1929-1968) Pastor Bautista
No fue Alfredo Ramírez Bedolla el que inició la gestión, pero sí el que la concluyó: este miércoles, en Zitácuaro, firmó el acuerdo por el que los gobiernos del Estado de México y de la capital de la república, aportarán trescientos millones de pesos a las arcas michoacanas, como contraprestación por el uso del agua que nace en el oriente del estado y que nutre al Sistema Cutzamala, que a su vez es la principal fuente de abastecimiento al Valle de México.
Desde los tiempos de Fausto Vallejo comenzaron a realizarse los primeros cabildeos para vislumbrar la posibilidad de que los gobiernos mexiquense y capitalino pagaran algo por el uso del agua del oriente michoacano. Ello, aunque el uso de agua es regulado legalmente bajo el criterio de que el Estado Mexicano es el propietario del recurso hídrico, es decir, ninguna entidad es propietaria del mismo.
Empero, no podía descartarse que un buen manejo político, no tanto legal, diera la posibilidad de que Michoacán recibiera algún recurso a manera de contraprestación. Total, lo que cayera era bueno, partiendo de que en estricto sentido jurídico no había fundamento que obligara a ello.
Silvano Aureoles machacó con el tema y aunque con Enrique Peña Nieto mantenía una relación muy estrecha, nunca pudo materializar la negociación. Evidentemente, cuando llegó Andrés Manuel López Obrador la puerta se cerró. En cambio, se abrió para Ramírez Bedolla, cuyo mérito fue retomar la gestión iniciada varios años atrás y empujar hasta cristalizarla.
Con él, sí cabe a la perfección aquello de que se alinearon los astros: ha sabido sacar jugo a su camiseta morenista y nadie puede reprochárselo, al contrario.
Es de esperarse que en otros rubros igual haga valer su filiación partidista, como en el de la federalización educativa, por ejemplo. Esa sí es la efectiva alineación de astros, no como la que presumía Fausto Vallejo, al que pese a ser priísta, igual que el presidente Peña Nieto, no le fue nada bien, ya conocemos la historia. Ahora, lo menos que puede hacer Ramírez Bedolla es aprovechar los vientos a su favor. Ojalá que así sea.
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