El mayor castigo para quienes no se interesan de la política, es ser gobernados por quienes sí se interesan:
Arnold J. Toynbee (1889-1975) Historiador británico
Morena cumplió este fin de semana once años de vida. Para unos es “la esperanza de México”. Para otros es la gran desgracia de México. Para unos es la gran revolución y la madre de todas las izquierdas. Para otros, es el nuevo PRI, el peor PRI reciclado.
Pero en todo caso Morena no es en sí el problema. Sí lo es, en cambio, su autor intelectual: Andrés Manuel López Obrador. Un partido nunca será un problema, sino quienes lo conducen. Los males de México no pueden achacarse al PRI, al PAN o a Morena, sino a personas de carne y hueso, a sus líderes y a los caciquez en que muchos de ellos se convierten.
No hay duda que el sueño de López Obrador, de usar a Morena para instaurar una dictadura fáctica, parece ir viento en popa: logró colocar a su alfil en la Presidencia, borró de un plumazo la división de poderes, acabó con los órganos autónomos, está en ciernes el aniquilamiento de la democracia y a punto de extinguirse la libertad de expresión.
Morena, como partido aglutinador de la peor calaña de priistas, perredistas, izquierdistas, comunistoides, guerrilleros y hasta narcos, está de plácemes, pero a contra corriente de la supuesta realidad, el futuro parece comenzar a volverle la espalda. Los morenistas se sueñan en el poder mínimo un par de décadas. Hasta hace poco parecía inamovible esa expectativa. Hoy, las aguas comienzan a enturbiarse. La detención de la cúpula del cártel sinaloense en Estados Unidos y su consecuente coro que estaría a punto de crear un cisma en el gobierno mexicano y por ende en Morena, “cantando” la vinculación del partido con el crimen organizado, ha producido un giro de ciento ochenta grados a esa expectativa, y acaso no pase de dos sexenios el empoderamiento de Morena y no mucho más de once cumpleaños. No es fortuito el terror que ha cimbrado a Morena por lo que esté por suceder en las cortes estadounidenses.
La fiesta por el décimo primer año bien puede marcar el principio del fin de Morena, gracias, paradójicamente, a Estados Unidos.
Al tiempo! X @jaimelopezmtz
