Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie
Carmen Calvo (1957-?) Jurista española
Sólo de vergonzosa, y no de otra forma, puede calificarse la actuación de la legislatura local, en el proceso de revisión de la cuenta pública 2016.
Como se sabe, el documento fue “reprobado” por los diputados, lo cual ciertamente no es nuevo, si nos atenemos a que las anteriores cuatro, es decir, de 2012 a la fecha, han corrido la misma suerte en el Congreso del Estado.
Al reprobarse la Cuenta Pública anual del gobierno, que es el documento que engloba el comportamiento de las finanzas estatales de enero a diciembre del año que se trate, se infiere que los diputados han tomado tal determinación, luego de un minucioso ejercicio de revisión del documento enviado previamente por el Ejecutivo.
De hecho, por ley debe ser la Auditoría Superior de Michoacán la que dé la revisión técnica inicial y de sus conclusiones, los diputados se basan para formular un dictamen que en pleno votan en cualquier sentido. Es decir, en teoría primero la instancia de “expertos”, como la Auditoría, analiza la Cuenta Pública.
Si una vez cubierta esa ruta, los diputados no aprueban una Cuenta Pública y detallan pública y abiertamente las razones, merecen incluso un aplauso. Pero resulta que varios de ellos han reconocido que tuvieron desde enero el documento enviado por la Secretaría de Finanzas, pero que por estar concentrados en los temas de orden político y electoral, hasta fines de abril, a días de vencer el plazo legal, se “acordaron” que tenían que formular un dictamen y votar dicha Cuenta.
Con una sinceridad que ofende, varios reconocen que votaron al vapor el dictamen, sin siquiera leerlo, menos analizarlo. Y votaron por no aprobarlo porque ello les significa menos problemas, dado que no hay consecuencias ni sanciones para nadie, no tiene ningún efecto legal y además ya hay el antecedente de los últimos cuatro años. ¿Qué más da hacer lo mismo que cada año?
Carlos Maldonado Mendoza, el secretario de Finanzas del gobierno estatal, y como tal responsable del documento “reprobado” por los diputados, asegura que éste debió haberse aprobado, y apela a las recientes calificaciones de empresas especializadas en evaluación financiera, como Fitch, que avalan una mejoría en la conducta de las finanzas gubernamentales de la entidad. De haber tal nivel de irregularidades, que explicarían una reprobación de los diputados, Fitch no habría palomeado la calificación crediticia de Michoacán, dice.
Es entendible que Maldonado defienda “su” cuenta, Seguro no es la persona con mayor objetividad para evaluarla, porque él la hizo, puede aducirse que le gana la pasión, pero lo que argumenta tiene sentido y si se conjuga con el mea culpa de varios diputados, podemos inferir que acaso tenga razón, y que de haber habido una evaluación seria y responsable de los diputados, quizá la Cuenta Pública 2016 pudo no haber recibido el descontón que recibió en el Congreso del Estado.
Quizá, sólo quizá, nunca lo sabremos. Lo que sí sabemos es que tenemos diputados que merecen la misma calificación que ellos le dieron a la Cuenta Pública 2016: reprobados. Reprobados en profesionalismo y responsabilidad. ¿O no?
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