Si quieres ganar un adepto para tu causa, convéncelo primero de que eres su amigo sincero
Abraham Lincoln (1809-1865) Presidente de Estados Unidos
El histórico triunfo de la Selección Mexicana de fútbol ante la campeona del mundo Alemania, ha provocado un sinnúmero de reacciones e implicaciones de todo tipo, y desde luego las políticas no podían faltar.
Como regularmente sucede cuando se dan resultados favorables en el mundo del deporte, particularmente en el caso del fútbol -que además de ser escasos, representan al deporte más practicado y con el mayor número de aficionados en el país-, la clase política en pleno se sube a la ola aplaudidora, y este domingo no fue la excepción, comenzando por el presidente Enrique Peña Nieto, y la mayor parte de los candidatos en contienda.
Llama en especial la atención la vertiente que algunos presumen, en el sentido de que dicho resultado parecía más improbable que incluso el de la derrota de Andrés Manuel López Obrador.
En el PRI, se han tomado muy en serio esa posibilidad, alentados sus militantes, y en general los anti López Obrador, que es mucho más amplio del que el tabasqueño supone: si ganaron los pupilos del colombiano Osorio, ¿por qué no puede ganar José Antonio Meade? Y el mismo razonamiento se dan entre panistas y entre perredistas, para con Ricardo Anaya.
Cierto, en este momento el tabasqueño parece ir en caballo de hacienda, pero no debe perderse de vista casos como Estados Unidos, Francia y Colombia, entre otros, en los que el resultado en las votaciones no se correspondió para nada con lo que preveían las encuestas.
Aunque sea anecdótico, pero el resultado futbolero del domingo bien puede alentar a los que parecían morir justo por falta de aliento en este momento, priistas y panistas sobre todo. Como sea, al menos le pone un ingrediente adicional de interés al cierre de las campañas políticas. Al tiempo. jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelopez>