El tirano reclama vino dulce de las uvas ácidas
Khalil Gibran (1883-1931). Poeta libanés
El “hallazgo” de una aviaduría en la Secretaría de Educación a favor de Alejandro Echeverría, alias “El Mosh”, debe obligar, ahora sí, a una revisión puntual por parte de las autoridades de la dependencia, de su actual nómina. Seguro, no vamos a sorprendernos del número de aviadores, pero quizá sí de muchos de los nombres que con esa operación salieran a la luz pública.
“El Mosh”, ya se sabe, cobró fama nacional –mala fama, no está de más aclarar- al encabezar la más grande y nociva huelga en la historia de la Universidad Nacional Autónoma de México, allá en 1999 y principios de 2000. La friolera de diez meses tuvo Echeverría paralizada a la máxima casa de estudios del país y de Latinoamérica, con exigencias verdaderamente absurdas.
Al margen de que a raíz de dicha huelga el rector puma José Ramón de la Fuente llevó a la institución a remontar rezagos hasta ubicarla en los sitios de honor en el continente, el daño ocasionado por Echeverría y secuaces arrojó como natural consecuencia la cárcel para ellos.
Según declaró a un periódico capitalino hace algunos años, “El Mosh” no podía encontrar trabajo en ninguna parte, al salir de prisión, por la mala fama y el estigma que le significó liderar la criminal huelga en la UNAM. Pero ahora nos enteramos que si en ninguna parte del país lo querían contratar, en Michoacán sí. Aquí, ya sabemos, no somos demasiado exigentes a la hora de contratar a nuestros “maestros” y la Cnte se aprovechó de la laxitud de normas de ingreso en la Secretaría de Educación, para incrustarlo en la nómina, supuestamente como maestro en una escuela de adultos en el municipio de Álvaro Obregón, obviamente en calidad de aviador, pero sobre todo como “estratega” de acciones de inestabilidad y desestabilización de la Cnte.
No hace muchos años ya nos habíamos enterado que Servando Gómez Martínez, “La Tuta”, profesor egresado de la Escuela Normal de Tiripetío, también estaba en la nómina de la SEE, con su clave de maestro y toda la cosa. Hoy es “El Mosh”. ¿Cuántas sorpresas más nos depararía una revisión caso por caso de la nómina de la dependencia? En número, acaso no tantas, seguro son miles. En nombres, sin duda, y como Condorito nos iríamos para atrás si se difunde la lista de aviadores.
Tiene la palabra el señor secretario Frutis. Veremos.