Quien hace política, pacta con los poderes diabólicos que acechan a todo poder
Max Weber (1864-1920) Filósofo y economista alemán
Designar como contralor en una administración, a quien en la anterior fue tesorero, es, por decir lo menos, una ingenuidad, o de plano una estupidez. Máxime si se trató de un tesorero con serios cuestionamientos.
Pues eso es lo que parece haber ocurrido con una dama de nombre Laura Carmona Oseguera. Ella se desempeñó como titular de Administración y Finanzas en el Congreso del Estado, durante la anterior Legislatura, la 73, y ahora, en la 74, fue designada Contralora.
Aun suponiendo que su paso como Administradora y Tesorera hubiera sido impecable, es absolutamente incongruente que ahora sea Contralora. ¿Por qué?, pues porque una de sus funciones actuales es indagar cualquier denuncia o duda sobre posibles irregularidades en el mismo Congreso, ahora o antaño. Es decir, de haber señalamientos en contra de la anterior Tesorera, la Contralora debería investigar, pero resulta que la Tesorera se llama Laura Carmona y la Contralora también se llama Laura Carmona. En ese caso la dama se pondría frente al espejo y se preguntaría a sí misma: ¿cometiste alguna irregularidad como Tesorera?, ¿no, verdad? Asunto arreglado. Expediente cerrado.
Es el mundo al revés.
Un mundo al revés propiciado, para no variar, por la inveterada, cuando insana práctica de las bancadas legislativas, de repartirse las oficinas y dependencias legislativa cual rebanadas de pastel. En la 73 Legislatura, Administración y Finanzas era posición perredista y del brazo, el larguísimo brazo de Carlos Torres Piña, Carmona llegó a esa posición, donde todos los señalamientos en su contra fueron cubiertos por el manto protector del líder de la tribu perredista llamada ADN.
Y cuando todo hacía suponer que en la actual Legislatura, Carmona ya no tendría cabida, otra vez el halo protector de Torres Piña le alcanzó: hasta la mismísima Contraloría llegó, en una designación que no tiene el menor sentido ni explicación, a no ser por el poder que sigue teniendo su padrino, quien sin miramientos por lo ilógico de colocar a alguien como Contralora, luego de ser Tesorera, maniobró para volverla a ubicar en posición de primer nivel.
Lo que hay que ver, gracias a las benditas “posiciones” de las que son dueñas las bancadas en cada Legislatura.