No importa lo que diga la gente: las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo:
Robin Williams (1951-2014) Actor estadounidense
Con bombo y platillo, se anuncia que en el desfile de este martes, conmemorativo del natalicio de José María Morelos, surcarán los cielos michoacanos aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana. Harán acrobacias e impactarán a los asistentes a la parada cívico militar con sus maniobras de destreza, organización, poderío y valor. Todo bien. Felicidades.
Pero ¿y qué tal si además de presentarse ese martes en el desfile, los valerosos y organizados pilotos tuvieran también la instrucción de acudir a la tierra caliente michoacana a combatir a los cárteles de la criminalidad, que este domingo pusieron en jaque a la región, asesinando policías comunitarios, incendiando vehículos particulares, bloqueando carreteras, creando el terror con drones a diestra y siniestra, todo en la más completa impunidad?
Digo, si ya se desplazarán hasta suelo moreliano, ¿será mucho pedir que de una vez se den una vuelta a la tierra caliente y aprovechen para hacer algo más provechoso que simplemente desfilar? Algo más provechoso como confrontar a los criminales.
Los merecidos aplausos que se llevarán los osados pilotos durante el desfile del 30, se redoblarían si sus acrobacias las realizan mejor en la zona de los drones y las minas bajo tierra.
Desplazar a pilotos y soldados a Morelia para participar sólo en el desfile, suena a frivolidad, cuando a unos trescientos kilómetros es donde hacen falta, porque a trescientos kilómetros están los verdaderos problemas de Michoacán, no en el centro histórico de su capital.
De demostraciones de valor pero en desfiles, y de lealtad a México pero en los discursos, por parte de las fuerzas armadas, la nación está harta. Hoy urge soldados en las calles, pero no desfilando, sino atacando a los criminales. Esa sí es lealtad al país.
X@jaimelopezmtz