Cuando alguien asume un cargo público, debe considerarse a sí mismo como propiedad pública
Tomás Jefferson (1743-1826) Presidente de Estados Unidos
Una demencial propuesta del diputado Baltazar Gaona recibió el inesperado y sospechoso respaldo del pleno del Congreso del Estado: “exhortar” al alcalde Raúl Morón a que permita, otra vez, el cáncer del ambulantaje en el Centro Histórico moreliano.
Es fácil advertir que algo no funciona normalmente en el intelecto de Gaona, como para empujar por una iniciativa personal que raya en lo criminal, pero lo que no es fácil es explicar y entender por qué recibe el respaldo unánime del resto de los diputados.
Una posibilidad es que Gaona disfrazó su cabildeo orientándolo por el lado de que el exhorto a Morón es que ordene que su comisionada de Seguridad capacite a los policías municipales en el respeto a los derechos humanos en sus operativos ordinarios; obvio que nadie puede oponerse a un planteamiento así.
El problema es el segundo punto del exhorto al alcalde: que éste instruya a sus funcionarios para que no impidan el “trabajo” de los comerciantes y artesanos en la vía pública; en otras palabras, para que se haga de la vista gorda y autorice el ambulantaje de nueva cuenta en el Centro Histórico.
Como Gaona enfocó su documento por el primer punto y buena parte de los diputados suelen votar sin leer antes las iniciativas, ello puede explicar porqué le apoyaron en tan demencial propuesta. Como sea, lo hicieron y el exhorto a Morón se aprobó.
Claro, éste puede o no atender el exhorto, y el sentido común indica que lo deberá mandar directo y sin escalas al bote de la basura.
Gaona justifica su absurda propuesta, en una sarta de demagogias y poses populistas, muy propias de la 4T, como el derecho al trabajo, amparado, según él sin restricciones, por la Constitución.
En Morelia sufrimos el cáncer que significó el comercio informal adueñado de las calles del Centro, y que solo benefició a un puñado de líderes que se volvieron millonarios con la venta de espacios y el control absoluto del comercio, lo que generó la peor época para el turismo en la capital: ¿quién demonios quiere visitar una ciudad que no se ve, porque lo impiden miles de plásticos y lonas, lo que además produce toneladas de basura en las calles y una pestilencia que ahuyenta al más pintado? Ni hablar de la evasión de impuestos y el robo de la energía eléctrica que son las constantes del comercio informal.
Todo, sin que hubiera autoridad municipal o estatal que pusiera orden; fue Víctor Tinoco Rubí el único que se atrevió en 2001 a devolverle a Morelia la dignidad perdida, reubicando al comercio informal sin ninguna consecuencia.
A partir de ahí, Morelia recobró la imagen de ciudad turística. Pues acabar con ese notable avance es lo que Gaona logró que el Congreso le apoyara; sería interesante hurgar para saber qué hay detrás de su esfuerzo por que vuelva el ambulantaje a apoderarse de la capital; ¿negocio?, ¿renta electorera al pretender quedar bien con un sector social? Sólo él sabe, pero afortunadamente el alcalde Morón ha dado señales de no respaldar la grosería de exhorto, así su autoría sea de otro de la 4T. Espero no recule.
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