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domingo, julio 6, 2025

DEMOCRACIA UNIVERSITARIA

Un dilema es un político tratando de salvar sus dos caras a la vez

Abraham Lincoln (1809-1865). Presidente de Estados Unidos

 

jaimelopezNo suena mal la iniciativa surgida en el seno de la Facultad de Filosofía, referente a modificar el mecanismo para seleccionar a los rectores en la Universidad Michoacana.

¿Qué proponen los “filósofos” nicolaitas? Pues nada, que sea la comunidad universitaria en pleno la que elija cada cuatro años a su rector. Punto. Hoy, como se sabe, esa responsabilidad recae en una Comisión de Rectoría, conformada por los cinco ex rectores que elijan todos sus pares, además del decano de los profesores, el decano de los directores y el alumno de mayor calificación, siempre y cuando forme parte del Consejo Universitario. Ocho en total.

Cuando las decisiones importantes, en la Universidad y en cualquier lado, recaen en pocas manos, es mucho más factible que se tuerzan y se tomen, en el mejor de los casos, a la ligera, cuando no que sean producto de presiones de los gobiernos en turno, que regularmente no se desprenden de la tentación de involucrarse en la designación de los rectores.

Y por ser mayoría, los ex rectores tiene en realidad en sus manos la designación del nuevo rector, pero resulta que casi siempre suelen estar metidos en temas del servicio público, en notarías o hasta en partidos, por lo que regularmente no resisten esa presión y nombran como cabezas universitarias a quien el poder político del momento decide.

En enero, se renueva la Rectoría. Medardo Serna deja la oficina y desde ya se anticipa el interés de Morena y del gobierno lopez obradorista en tomar el control de la sucesión. Difícilmente los ex rectores tendrán con qué oponerse a una decisión morenista.

Por eso, suena sensata la demanda de Filosofía. Se pretende que la comunidad nicolaita en pleno vote por la que considere sea la mejor opción para Rectoría. Obviamente, habría necesidad de regular las inscripciones de interesados, supongo que por el Consejo Universitario, luego establecer un tiempo de elecciones y al final la votación. No tiene mucha ciencia y un método así garantizaría, ante todo, legitimidad al nuevo rector, y la legitimidad, ya se sabe, da solidez y calidad moral para encabezar una institución, en este caso la Universidad.

Cierto, ese método democrático implica ciertos riesgos, sobre todo por el volumen de votantes: entre estudiantes, empleados y profesores, la comunidad nicolaita no es menor a cincuenta mil personas. En una de esas, la ayuda del INE o el IEM no vendría mal, sirve que desquitan la permanencia en épocas no electorales.

Veremos qué tanto talante democrático hay en la Universidad, y si es capaz de dar un paso importante en esa dirección, o de plano se mantiene en la tesitura de autoritarismo que por ahora priva, al menos en la elección de su funcionario más importante.

jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelopezmtz>

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