En política el vencedor es quien tiene razón
Alphonse Karr (1808-1890) Novelista francés
De mero enunciado en la Constitución, del que pocas, muy pocas veces se ha echado mano, la posibilidad de desaparición de poderes en una entidad se ha convertido, de la noche a la mañana, en moneda de cambio entre la 4T y la oposición.
Apenas hace unos días, el PAN había anunciado que solicitaría en el Senado de la República la desaparición de poderes en Veracruz, dada la incapacidad de su gobierno para contener la escalada de violencia y criminalidad.
La 4T no tardó en responder: sus senadores redactaron un oficio demandando lo mismo pero para los estados de Tamaulipas y Guanajuato. Huelga aclarar que Veracruz es gobernado por el morenista Cuitláhuac García y Tamaulipas y Guanajuato por los panistas Francisco García Cabeza de Vaca y Diego Sinhue, respectivamente.
Esa sola “coincidencia” demuestra que los partidos no están preocupados por la inseguridad de los veracruzanos, los tamaulipecos y los guanajuatenses, sino en aprovechar la evidente criminalidad que se vive en estos estados para torpedear políticamente al adversario. Así, si los panistas pensaban pegarle en la línea de flotación al presidente López Obrador, poniendo en la silla de los acusados a su gobernador consentido, el veracruzano Cuitláhuac García, la 4T preparó la defensa de éste y a manera de contra ataque enderezó baterías contra dos gobernadores panistas. A ver quién puede más, fue la señal de reto que ordenó el presidente enviar a sus senadores.
Y si la demanda panista está basada en el clima de inseguridad que priva en Veracruz, los morenistas no tuvieron que buscarle mucho y se ampararon en el mismo argumento.
Seguramente el asunto no pasará de ese nivel, el PAN dejará en paz al favorito de AMLO y éste ordenará a sus senadores retirar la demanda contra los dos panistas, pero el lance ilustra la inexplicable impunidad que es capaz de dar el presidente al gobernador jarocho.
Por lo demás, es claro que si nos atenemos a realidades, la desaparición de poderes sí se justificaría en los tres estados, porque sus respectivos gobiernos están absolutamente rebasados por la criminalidad. Sólo que hay un pero: en esa lógica, ningún estado, salvo quizá Yucatán y Campeche, mantendría a su actual gobernador, porque en todos el mismo razonamiento para la desaparición de poderes, es igualmente válido.
Es más feliz en todo esto, es sin duda el veracruzano Cuitláhuac García, un impresentable gobernador, modelo de la ineficacia y la corrupción, el autoritarismo y el desaseo y desapego a la ley, que confirma, por si alguna duda quedaba, ser el favorito del rey, lo que fortalece su soberbia y desde luego la impunidad.
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