El triunfo político es la suma del sentido común y la capacidad de liderazgo
Enrique Tierno Galván (1918-1986) Político español
Alfredo Ramírez Bedolla y Alfonso Martínez enfrentan un escenario similar y están buscando una salida también en la misma ruta: ambos, el gobernador y el alcalde, han iniciado sus respectivos gobiernos con serios problemas financieros, mucho más el gobernador.
Ramírez ya recurrió al banco por dos mil millones de pesos, que tiene que cubrir antes de un año. De hecho, ya los utilizó para saldar compromisos heredados con el cártel de la Cnte, pero en su proyecto de presupuesto solicita a los diputados autorización para ir por otros 470 millones pagaderos a largo plazo, amén de un reemplacamiento obligatorio.
Martínez Alcázar busca, por su parte, que los diputados le aprueben tramitar dos créditos por 690 millones de pesos, dado que el ayuntamiento está obligado a pagar en breve más de 350 millones en laudos que ha perdido en tribunales laborales durante los últimos años y que ya han entrado en fase de vencimiento, lo que le hará quedarse sin recursos para su programa de obra pública.
Está claro que la primera asociación de ideas en la opinión pública ante el término deuda gubernamental, es de recelo, y con justificada razón. La deuda es, cuando hay condiciones propicias, un buen mecanismo de financiamiento de acciones de gobierno, siempre y cuando éste tenga la capacidad de adquirirla y lo haga en condiciones favorables, además de que sea bien orientada y justificada de forma detallada y transparente. No ha sido en general el caso del gobierno del estado: la mayor parte de los alrededor de veinte mil millones de pesos que desde la época de Lázaro Cárdenas Batel se comenzaron a contratar, han quedado en el limbo respecto de su destino.
Por eso, Bedolla y Martínez están obligados a ser profusos en la justificación de sus respectivas deudas, en cuanto a condiciones de contratación y destino. Y en esto último, bien harían en detallar en qué obra o programa se aplicará el dinero y luego en su avance, no solo a las instancias oficiales de supervisión, sino a la opinión pública, que es igual, o mayormente importante.
Bedolla ha dicho que de los 1,441 millones de pesos que proyecta obtener por el reemplacamiento, 611 serían para obras de infraestructura, 70 para programas de bienestar, 463 para Salud, 195 para la Universidad Michoacana y 102 para proyectos agroindustriales. Salvo el caso del recurso destinado a la Universidad, el resto se refiere a conceptos aun ambiguos. Debe precisar más. El alcalde por su parte emplearía el dinero en una cruzada de reencarpetamiento de calles en Morelia y en la modernización de la red de semáforos. Un poco más detallado que el planteamiento del Ejecutivo.
En todo caso, a ser transparentes y puntuales en grado extremo en ese sentido, están obligados ambos gobernantes. Solo así tendrá alguna dosis de legitimidad social el endeudamiento. Veremos.
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