spot_img
14.5 C
Morelia
domingo, mayo 11, 2025

DIEZ AÑOS DE DOLOR…Y DE IMPUNIDAD

jaimelopezSer presidente se parece mucho a administrar un cementerio: hay mucha gente debajo de nosotros y nadie nos hace ningún caso

Bill Clinton (1946-?). Presidente norteamericano

Justo diez años después, la herida parece haber sanado, más por efecto propio del instinto de resiliencia de toda sociedad, que por el castigo a los responsables, intelectuales y materiales, de los tristemente célebres “granadazos”.                                               

En efecto, el evento más doloroso y vergonzoso de la historia reciente de Michoacán, permanece en la más ominosa impunidad.         

¿Quién o quiénes fueron, y por qué?, es la interrogante que sigue lacerando hoy a los michoacanos. Y yo añadiría otra: ¿por qué la impunidad? y, ya afilado el machete, una más: ¿seguro que el gobierno jamás tuvo conocimiento o, al menos, indicios de que “algo” pasaría esa triste noche del 15 de septiembre de 2008?                                           

Al paso del tiempo, queda claro que todas esas grandes dudas quedarán sin dilucidarse porque acaso, en la lógica del poder público, más convenga no ser aclaradas, aunque para efectos de salud social, ¡qué bien vendría conocer la verdad!         

Grandes preguntas sin contestar aún:           

Una.- ¿Leonel Godoy puede, con la mano en el corazón, jurar que nunca tuvo al menos indicios de que esa noche podría ocurrir una desgracia relacionada con violencia terrorista?, y si había alguna sospecha, ¿por qué el Gobierno no actuó preventivamente como la situación ameritaba?, ¿por no atemorizar a la población, o por no “manchar” a su administración?                                             

Dos.- Proceso, la revista, publicó en los días siguientes una información en el sentido de que funcionarios del gabinete de seguridad del gobierno del estado, se reunieron en una finca ubicada en los alrededores del aeropuerto Francisco J. Múgica, con cabezas del grupo delincuencial La Familia Michoacana, presuntamente para “concertar” la “entrega” de algunos individuos a la justicia federal, a los que se acusaría de autores de los granadazos, chivos expiatorios, pues, con lo que se matarían dos pájaros de un tiro: el Gobierno estatal tendría argumentos para justificar su “compromiso” de indagar los hechos, y el referido grupo criminal, que por entonces controlaba por igual a gobierno y sociedad, desviaría la miradas acusatorias hacia otro lado.                                   

Tres.- Y ese otro lado, fueron tres campesinos y mecánicos secuestrados por criminales y “sembrados” en una finca de la tierra caliente para que ahí los “descubriera” la Policía Federal, tras una llamada “anónima”.

Cuatro.- ¿Por qué la policía del gobierno federal se prestó a la farsa y “detuvo” a los tres campesinos, lo mismo que la Procuraduría General de la República, que los procesó?

Cinco.- ¿Y por qué la justicia federal igualmente se alineó para mantener varios años en prisión, sujetos a proceso aunque nunca sentenciados, a los chivos expiatorios, pese a que se comprobó fehacientemente que éstos, a la hora de los granadazos en Morelia, estaban en sus respectivas poblaciones tomando y cenando con amigos y familiares para festejar El Grito?

Las dudas, las sospechas, ahí están y ahí quedarán, porque esto es México, esta es la “justicia” y estos son los gobiernos mexicanos. Por eso, “El Grito” de este año, diez años después, esconde la tragedia, pero no la borra. Imposible hacerlo. Fue una tragedia, sí; fue el narco, por supuesto; ¿y el gobierno? Creo que todos lo sospechamos, pero jamás lo corroboraremos. jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelopezmtz>

Noticias Recientes
spot_img
Noticias Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí