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domingo, julio 13, 2025

DON JOSÉ GUADALUPE

Tras un recuento electoral, sólo importa quién es el ganador. Todos los demás son perdedores.

Winston Churchill (1874-1965) Político británico

 

jaimelopezJosé Guadalupe Aguilera Rojas ganó sin muchos problemas la diputación local del distrito quince, con cabecera en Pátzcuaro, en las elecciones de 2015. Por eso, ha sido integrante de la 73 Legislatura.

Dicen los enterados que su triunfo de hace casi tres años, fue producto más de la inercia de la campaña a la gubernatura de su correligionario perredista Silvano Aureoles, que del arraigo y conocimiento favorable que tiene de él el electorado de dicho distrito. Pero haya sido como haya sido, ganó, y bien.

Pero ahora, como casi la mitad de sus compañeros de Legislatura, se ha separado de su cargo para participar en otra elección, ahora la de la diputación federal también por Pátzcuaro. Este lunes presentó a los reporteros a su suplente, un tal Hugo Cuauhtémoc Reyes Barriga.

Aguilera se defiende de los cuestionamientos de la prensa respecto del “chapulineo”, la nefasta práctica de brincar como chapulín de una posición a otra en el servicio público, obviamente antes de que concluya su gestión, con el argumento de que la ley no lo prohíbe.

Aguilera tiene toda la razón: separarse de su cargo de diputado para ir en pos de otro, ahora federal, tiene soporte legal porque en México no está impedido por la ley hacerlo. Ese no es el problema. Sí lo es, en cambio, si el fenómeno se analiza desde la vertiente de lo moral y lo ético.

No soslayo por supuesto que es un hecho que para nuestros políticos, la moral es el árbol que da moras, porque el término les es ajeno, como escrito en arameo. Pero supongo que él y todos los demás de su estirpe, tienen un mínimo de sensibilidad para apreciar el enfado social que provocan las señales de ambición de la clase política.

Aguilera fue a pedir el voto hace tres años a los electores del distrito con cabecera en Pátzcuaro, y estoy seguro que jamás les advirtió que si ganaba y era diputado, pensaba dejar la chamba a medias, irse antes de terminar la gestión, porque la ambición le ganaría e iría por otras posiciones. De haber sido honesto a la hora de pedir el voto, quizá no hubiera ganado.

Cierto, el caso de Aguilera no es único, es el común denominador del político mexicano, ejemplifica el tamaño de nuestros políticos, pero sirve traerlo a colación como botón de muestra. Él no le ve problema a renunciar al Congreso. Alguien con un nivel de moral y ética medianamente elevado, sí le vería, porque está cometiendo fraude a sus electores de Pátzcuaro.

Por eso, sin el menor pudor ni vergüenza, convoca a la prensa para decirle adiós y para presentar a su suplente, con la mayor normalidad.

Por lo demás, ni Aguilera ni ninguno otro de los que abandonan la 73 Legislatura, va a ser extrañado. Su paso por ella ha sido patético, si lo vemos en términos de eficacia y resultados.

Ojalá a Aguilera y a los otros quince diputados que también han renunciado para ir por otras posiciones, sus electores les den la espalda cuando les pidan en las próximas semanas otra vez el voto, porque sería sólo pagar con la misma moneda. Ojalá. Veremos.

jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelopezmtz>

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