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jueves, julio 17, 2025

EBRARD, ¿CANDIDATO O VÍCTIMA?

Sólo con que los políticos y los científicos fuesen un poco más vagos, ¡cuánto más felices seríamos todos!

Evelyn Waugh (1903-1966) Escritor inglés

 

jaimelopezSi la creatividad y el ánimo que el presidente López Obrador le pone a su proyecto político, los pusiera para enfrentar la pandemia del Covid-19, acaso las inevitables consecuencias que en salud y en economía ésta acarreará, pudiesen aminorarse o, al menos, serviría para generar un estado de ánimo de mayor confianza.

Sólo así puede entenderse la “alineación” que ordenó para este lunes por la noche en Palacio Nacional. De entrada, el gobierno se encargó de promover durante el día, que el reporte nocturno del sector Salud sería especialmente trascedente. Campeó la idea de que se anunciaría la fase tres de la pandemia. El ya de suyo elevado rating televisivo que están teniendo las ruedas de prensa de las 7 de la noche del subsecretario López Gatell, creció aún más el lunes.

El esperado anuncio se redujo a la declaratoria de emergencia sanitaria en el país, como si no supiéramos que estamos en ella. Pero lo que sí fue más llamativo, fue la alineación que envío López Obrador: además de López Gatell, los titulares de la Defensa Nacional, de Marina, de Gobernación, de Salud y de Relaciones Exteriores.

Justificada la presencia de López Gatell y los militares. La del secretario de Salud Jorge Alcócer fue ofensiva, una auténtica burla que no se entiende cómo tolera él mismo, de auténtico florero. Pero igual la de doña Olga Sánchez Cordero, presente en lo físico, pero, como Alcocer, ausente por completo en términos reales. La sorpresa fue Marcelo Ebrard, que tras un primer año de protagonismo, se eclipsó en la medida que la pandemia cobraba fuerza y él, ajeno al tema, no tenía nada que hacer ante la opinión pública.

Pero López Obrador no piensa igual, y decidió que al Covid-19 también se le puede sacar raja política. Le ordenó a su canciller apersonarse en Palacio este lunes y jugar un papel protagónico, absurdamente protagónico. ¿Qué demonios tenía que hacer ahí Ebrard, en medio del anuncio de la emergencia nacional sanitaria? Pues en estricto sentido, nada, pero sin pudor alguno el presidente lo envío para aprovechar el foro y el alto rating televisivo. Tanto, que hasta mensaje dio.

Colocar a Ebrard en esa mesa, de hecho presidiéndola, es actualizar el clásico de Carlos Salinas de Gortari: no se hagan bolas. No se hagan bolas, diría en plena campaña presidencial de 1994, el candidato es Ernesto Zedillo. Hoy, no hace ni falta que López Obrador sea explícito: no se hagan bolas, el candidato –al menos hasta ahora y a falta de cuatro años-, es Marcelo.

Viejo lobo de mar, Ebrard sabe, empero, que si bien hoy es “el candidato”, seguir siéndolo dependerá de cómo transite el gobierno lopez obradorista en medio de la turbulencia por el fenómeno sanitario. Sólo si llega a buen puerto seguiría siendo “el candidato”, pero como no se ve cómo pueda ser así, dado el desastre sanitario y económico que se avecina, lo más probable es que Ebrard sea a la larga una víctima más de la impericia presidencial, y tenga que cargar con los resultados de un manejo ineficaz e irresponsable de la crisis de salud por el presidente. En cualquier otra circunstancia, Ebrard se hubiese anotado un triunfo que a estas alturas el presidente lo ubicara como “el candidato”. En medio de la pandemia y la crisis que se avecina, él sabe que estar la noche de lunes en esa rueda de prensa. y por tanto subirse a un navío que va rumbo al naufragio, es más probable que haya significado su muerte política. Al tiempo.

twitter@jaimelopezmtz jaimelopezmartinez@hotmail.com

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