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lunes, julio 14, 2025

EBRARD Y ADÁN AUGUSTO, FUERA

El ser humano es un mero mortal con defectos y virtudes; no adquiere divinidad por ocupar un cargo público

Ibiza Melián. Escritora española

 

jaimelopezMínimo, mínimo, la tragedia en la estación migratoria de Ciudad Juárez que cobró la vida de, hasta ahora, 39 centroamericanos, ya debiera haber originado las renuncias de los secretarios de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, y de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.

El cualquier otro país, incluso con menos vocación por el respeto a la ética en el servicio público que el nuestro, apenas hubiera tenido lugar un siniestro como el incendio en ese lugar, el o los funcionarios responsables ya estarían poniendo su renuncia en la mesa. En cualquier país, menos en Mexico, y menos aún en el México de la 4T.

Veamos: el Instituto Nacional de Migración maneja, si es que cabe el término, esas estaciones migratorias, y el organismo depende directamente de la Secretaría de Gobernación, en tanto que la política migratoria corre en el carril de la de Relaciones Exteriores. Por ende, a partes iguales López Hernández y Ebrard son responsables directos de la tragedia.

¿Por qué?, porque el incendio desnudó que en las estaciones migratorias no solo viven en condiciones inhumanas los ahí recluidos, sin agua ni alimentos suficientes, hacinados, sino que operan sin protocolos de seguridad en todos sentidos, tanto, que no había guardias ni hubo forma de que nadie abriera las puertas para que escaparan de la muerte los centroamericanos. Es decir, está claro que son centros sin protocolos de seguridad ni de reacción ante emergencias. Solo por eso, López Hernández debió haber renunciado al instante.

Igual Ebrard, porque fue él quien aceptó la exigencia del gobierno de Estados Unidos, de que México se haga cargo de los miles de migrantes que no logran cruzar a ese país. Ebrard festinó en su momento una «negociación» y hoy, si tuviera dignidad, ya habría renunciado también, al evidenciarse los resultados de su «gestión».

Pero ambos, corcholatas al fin, duermen tranquilos. Sus aspiraciones para el 24 siguen intactas, y eso es lo que cuenta en la 4T. De López Obrador no se escuchó la menor muestra de pesar, menos de solidaridad con las familias y países enlutados. Y si de él no la ha habido, menos de sus dos corcholatas involucradas. La otra deberá estar regodeándose con el golpe mediático a sus competidores, no importa si éste es resultado de una tragedia, misma que será olvidada en pocos días, comenzando por el gobierno. Son tiempos de echar toda la carne al ring electoral. Si se atraviesan 39 muertes, ni modo, no hay en la 4T tiempo para lamentaciones.

Y a la pesadilla ya solo le quedan 552 días.

twitter@jaimelopezmtz.

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