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viernes, julio 25, 2025

EDUCACIÓN, LA ETERNA TAREA PENDIENTE

La corrupción es un cáncer que carcome la fe de los ciudadanos en la democracia y disminuye el instinto de innovación y creatividad

Joe Biden (1942-?) Presidente de Estados Unidos

 

jaimelopezEl paso por la Secretaría de Educación en un estado como Michoacán, debe medirse sobre todo en dos variables: la educativa desde el punto de vista cualitativo, y la administrativa.

Yarabí Ávila presentó este jueves su renuncia al cargo de titular de dicha dependencia, dado que busca ser rectora de la Universidad Michoacana. Se trata sin duda de la oficina del gobierno del estado más corrupta, más ineficaz, la que peores cuentas entrega y la que paradójicamente y por si todo lo anterior fuera poco, absorbe la mayor cantidad de recursos económicos. La SEE es desde hace un par de décadas, la auténtica piedra en el zapato de todos los gobernadores. Es un barril sin fondo y un lastre en el peor sentido del término.

En el apartado digamos cualitativo de la educación, el que tiene que ver con contenido de libros, con definición y aplicación de metodologías pedagógicas, con la actualización de sistemas de enseñanza y con la evaluación sistemática de resultados, es imposible por el momento perfilar resultados del paso de Ávila por la SEE. Deberá esperarse mediciones profesionales y objetivas. Solo el tiempo marcará si en esos rubros hubo avances o retrocesos.

Y en el otro renglón en el que inevitablemente debe medirse a quien está al frente de esa secretaría, es en el administrativo y de gestión de la problemática sindical. Ahí, aún sus detractores advierten que la mano firme de Ávila le llevó a contener, así sea marginalmente dada la magnitud del fenómeno, los complejos nudos de corrupción que privan en esa oficina, y que lo mismo tienen que ver con venta de plazas que con aviadurías por racimos. Aplicar la norma entre empleados y sus sindicatos acostumbrados al dispendio, a la corrupción, a la opacidad, es tarea cuesta arriba. Ahí es donde la ahora ex secretaria mejores dividendos puede lucir.

Es evidente que en función de la magnitud del fenómeno, ese esfuerzo seguramente se pulverizó, pero si se le compara con los titulares de SEE de las dos últimas décadas, claramente entrega mejores cuentas. Contrario a sus antecesores, a ella pareció no temblarle la mano a la hora de contener los abusos sindicales. De hecho, el nivel de las críticas centistas y de otros sindicatos magisteriales, es inversamente proporcional a la forma en que Ávila les amarró las manos. Ni modo que la despidan con aplausos. Sus antecesores, todos, han terminado doblados ante el cártel centista. La drasticidad administrativa que ella perfiló, aunque obviamente apenas en sus primeros indicios, explica la ira centista.

Es de esperarse que quien designe el gobernador Ramírez Bedolla para sucederle, mantenga el apretón a la mafia de los sindicatos. Veremos. Y a la pesadilla todavía le faltan 669 días.

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