En política lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno:
Konrad Adenauer (1876-1967) Canciller alemán
“¿Y a mí en qué demonios me afecta, para bien o para mal, que vaya a haber juzgadores electos popularmente? Honestamente me tiene sin cuidado el tema, no veo cómo nos afecte a los ciudadanos comunes y corrientes”, me dijo este martes un amable radioescucha en la vía pública. “Pues sí se ve que el resultado ya estaba resuelto por el gobierno, pero no creo que sean tan importante si un juez fue designado como antes o como ahora, en elecciones”, insistió mesurada pero convencidamente.
Comparto mi respuesta:
Le voy a poner dos o tres ejemplos concretos, le dije: si a usted el SAT le cobra indebidamente impuestos, hasta hoy tuvo oportunidad de acudir a la justicia a buscar protección. Regularmente, el inconforme gana y el SAT se ve obligado a dar marcha atrás. ¿Porqué se dio ese desenlace? Primero porque la razón le asistía a usted, pero luego porque hubo un juez autónomo al que no le tembló la mano para dictar resolución en contra del Estado.
Luego, si una autoridad decide que una carretera debe pasar por su propiedad, esa autoridad tiene derecho a expropiársela porque se trata de un bien mayor. Empero, está obligada a pagarle a usted un precio justo y real por su propiedad. Caso contrario, que es muy frecuente, la justicia le obligará a indemnizarle correctamente por dicha expropiación. Igual, será resultado de la decisión de un juez autónomo.
O bien, le es negada a usted una medicina en el sector salud. Conozco muchísimos casos en los que un juez ha ordenado al IMSS, el ISSSTE o la Secretaría de Salud, adquirir y entregar el medicamento a quien recurrió para ello a la justicia. Cierto, casi nadie lo hace, pero eso no significa que no esté abierta la posibilidad de una querella por tal motivo y, repito, casi siempre con desenlace favorable al quejoso. Como en los otros ejemplos, la independencia del juez fue la clave.
Pues con los nuevos jueces, doble contra sencillo a que en casos similares actuarán a favor no del ciudadano, sino del Estado. A favor del SAT para que le cobre lo que decida de impuestos; a favor del gobierno que le expropiará su propiedad para que se la pague como quiera, y a favor del sector salud para no estar obligado a conseguir la medicina requerida por el paciente.
¿Y sabe porqué será así? Pues porque los nuevos jueces no serán autónomos ni independientes, quizá sean capaces y conocedores de la ley, pero jamás actuarán contra el Estado, que es lo mismo decir que contra la 4T, porque le deben a ésta el trabajo pero, sobre todo, porque habrá un comité de disciplina que evaluará a todos los juzgadores y podrá destituirlos o hasta enviarlos a la cárcel si a juicio de sus integrantes actuaron incorrectamente. Y en una tiranía, actuar “incorrectamente” es ir contra el gobierno. Bajo esas consideraciones, ¿habrá un juez con los arrestos para dictar sentencia libre y autónomamente, aún si con ello afecta al Estado? Quizá unos pocos, pero esos pocos terminarán cesados o en la cárcel.
Hasta ahí mi explicación al amigo radioescucha. No sé si lo convencí. Quizá no. Pero cuando se vea envuelto en alguna querella judicial, espero que no, acaso corrobore en carne propia la tragedia que ha comenzado a escribirse en México. X@jaimelopezmtz