Cuanto menos aporta un político, más ama a su bandera
Kim Hubbard (1868-1930) Periodista norteamericano
¿El presidente hace gala de una sinceridad absoluta, o de plano ya no conecta el cerebro con su lengua? En cualquier caso, aterra: …“este Ejército, lo he dicho muchas veces, surgió para combatir un golpe de estado, para combatir a conservadores, fifís…”
¡Tómala!, ¿así o más claro?
En twitter, al subirse esos 17 segundos de la mañanera del lunes, se armó, para no variar, la polémica: el mandatario se refiere al surgimiento del Ejército para oponerse al golpe de estado de Victoriano Huerta, afirmaban los pro Amlo, a manera de justificación al dicho presidencial. Es evidencia del motivo real del empoderamiento que ha dado a las fuerzas armadas, para asegurarse la represión contra sus opositores cuando lo considere necesario, reclamaban los anti Amlo.
¿Dijo algo el presidente “sin querer”? No lo creo. Podrá dar señales de alteración emocional, pero soy un convencido de que López Obrador nos da las buenas y las malas a la mayoría de los mexicanos en cuanto a estabilidad. Juega intencionalmente a enviar mensajes supuestamente “errados”, con el evidente objetivo de captar la atención y que esos mensajes sean el centro del debate nacional. Por veinte años lo ha logrado. Hoy, como presidente, con más razón.
Nada de que en ocasiones se desconectan su lengua y su cerebro. Hace, eso sí, una perversa interrelación entre las palabras “ejército”, “combatir” y “fifís”. No hay dobleces ni mensajes ocultos o cifrados. Solo el que no quiera verlo así no lo captará: darle a los militares un poder, económico sobre todo, como el que jamás habían tenido, le asegura tenerlos de su lado para, si es preciso, combatir a los fifís, a los conservadores. Y ya sabemos que fifís y conservadores somos todos aquellos que no solo sean opositores abiertos, críticos sistemáticos, sino simples mortales que no se manifiesten abiertamente a su favor. Todo disenso es considerado por él como acto propio de un fifí, de un demonio, pues. Y él, y los militares, están para combatir a cuanto demonio se le cruce en el camino.
Y como el que avisa no es traidor, de todo podrá ser acusado el presidente, menos de traidor cuando comiencen las represiones, las censuras, los encarcelamientos, el hostigamiento a todo lo que no sea abiertamente pro amlo. Y lo bueno apenas comienza. Si no, al tiempo. Y a la pesadilla todavía le quedan 734 días.
twitter@jaimelopezmtz