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martes, enero 14, 2025

¿EL ADIÓS AL SISTEMA ANTICORRUPCIÓN?

Si el vaso no está limpio, lo que en él derrames se corromperá:
Horacio (65 a. C. – 8 a. C.)

César Sereno Marín presentó este jueves su informe anual de labores al frente del Sistema Estatal Anticorrupción. De esa forma se despide él del organismo y éste, muy probablemente de la vida institucional.

Siete años después de su creación, el SEA parece exhalar sus últimos alientos: pese a que a nivel nacional por alguna razón no fácil de determinar la 4T no legisló para extinguir al Sistema Nacional Anticorrupción, en la entidad el gobernador Ramírez Bedolla ha anunciado la desaparición de la versión michoacana del organismo.

Es deseable que Bedolla dé marcha atrás a esa decisión, por dos razones fundamentales: una, porque no es atribución estrictamente de su gobierno decretar el cierre o continuidad del SEA, dado que éste depende del nivel federal. Eso sí, el gobierno local puede maniobrar para dejar morir de inanición al SEA, bien recortándole presupuestos a su mínima expresión, o bien presionando para que ya no se ocupen las sillas que van quedando vacías. De hecho, en este momento ese problema ya está a la vuelta de la esquina. Y dos, a Bedolla no le conviene pasar a la historia como el gobernante que aplicó el último clavo en el ataúd de la lucha ciudadana contra la corrupción. Al contrario, enviaría una señal de altura de miras si impulsa su relanzamiento.

Me consta la buena fe con la que se instrumentó hace siete años el SEA. Formé parte del grupo ciudadano original designado por el Congreso del Estado y no me hubiera prestado a una mascarada. Cierto, el segundo grupo ciudadano que integró la Comisión de Selección ha sido un rotundo fiasco, en el que ha prevalecido la irresponsabilidad y la ausencia de compromiso.

Pero, aun así, ese no debiera ser motivo para que el gobierno impulse la desaparición del sistema; por el contrario, debiera aprovechar para su saneamiento y empuje con nuevos bríos.

En la cancha de Bedolla está, pues, el destino de un organismo ciudadano que, con todo y evidentes falencias, es la única oportunidad para avanzar en la lucha contra la corrupción, porque esa expectativa no puede recaer en el propio gobierno. Éste no puede ser juez y parte, en virtud de que a quien hay que cuidar de la corrupción es a él, al gobierno, no éste a la sociedad civil. Veremos el talante de Bedolla. X @jaimelopezmtz

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