Las promesas que hicieron ayer los políticos, son los impuestos de hoy
William L. Mackenzie King (1795-1861) Periodista escocés
A ver, ubiquemos la inauguración del aeropuerto Felipe Ángeles en su justa dimensión, despojados de prejuicios pro y anti amlo.
¿Sirve o no sirve tener un nuevo aeropuerto en el Valle de México? Desde luego que sí, todo suma, máxime que el Benito Juárez ha llegado a su punto de saturación. Las principales ciudades del mundo cuentan con al menos un par de aeropuertos, regularmente uno para vuelos internacionales y otro para los domésticos.
Bajo ese contexto, démosle el uso que corresponde al Felipe Ángeles. No es ni internacional ni de clase mundial, primero, porque no cuenta con la certificación de estándares de seguridad internacional y desde luego ninguna aerolínea que no sea mexicana aceptará utilizarlo. Es un aeropuerto de auxilio al Benito Juárez, lo mismo que el de Toluca, por ejemplo. Pero no más, no está hecho para más. No tiene las condiciones para ello. Vaya, es aeropuerto tipo 4T, modestito, pueblerino, muy parecido a los caribeños o latinoamericanos, pero de que puede sacársele provecho, sin duda.
El gasto ya está hecho, como sea, ahora hay que sacarle rentabilidad.
Pero lo que debiera pasar –en el mundo de la idoneidad- es que se retome el proyecto de un verdadero nuevo aeropuerto, ese sí de clase mundial, a la altura de los mejores y más modernos del mundo, que no debe erigirse con cargo al erario sino con recursos privados, para lo cual sobrarían las opciones. Dada la ceguera en esa temática del presidente López Obrador, pero también de la mayor parte de sus fieles acólitos, el único escenario viable para ello es a partir de un cambio de régimen en 2024.
Un súper aeropuerto en Texcoco –para aprovechar su ubicación y lo que aun sea rescatable de la construcción original truncada por la tara ideológica presidencial-, con Santa Lucía para vuelos domésticos y el de Toluca como respaldo, sería el escenario óptimo. Claro, el Felipe Ángeles al menos con vialidades decentes de acceso. Eso dicen los expertos, los que nunca fueron tomados en cuenta hasta ahora. Quizá, solo quizá, a partir de 2024 vuelva a imperar el sentido común en este y otros asuntos de interés nacional.
Por ahora, saquémosle provecho a nuestro sencillo aeropuerto, que para algo puede servir, con la venta de tlayudas, garnachas y gorritas con la foto del presidente, incluida.
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