La política es quizá la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación
Robert Louis Stevenson (1850-1894) Novelita escocés
Los panistas michoacanos vieron burro y se les antojó viaje.
Así podría resumirse la posición que el blanquiazul local ha tomado tras la adhesión pública que hizo el gobernador Silvano Aureoles hacia la candidatura de José Antonio Meade.
Aprovechando dicha postura, ciertamente sorpresiva, el panismo intenta deshacer su alianza con el PRD, por lo menos a nivel Michoacán.
Me parece que Aureoles fue claro en sus mensajes de apoyo a Meade: es a título estrictamente personal, ni deja al PRD ni se afilia al PRI, porque además el candidato tampoco es priísta, y lo más importante, en ninguna parte convoca a la militancia perredista a secundarlo, a abandonar la alianza que como partido tiene con el PAN y por tanto nunca llama a dar la espalda a Ricardo Anaya.
Y tan es así, que en la mayor parte de su gabinete y no se diga en las filas perredistas, no terminan de salir del asombro ante su posición frente a la elección presidencial. Vaya, me consta en más de alguno su manifiesto rechazo al planteamiento de su jefe.
Pero resulta que para el panismo michoacano, la adhesión personal de Aureoles a la candidatura de Meade, debe interpretarse como que todo el PRD lo secunda y por tanto, algunas de sus cabezas, como Antonio García Conejo y Martín García Avilés, deben pagar los platos rotos: al primero lo quieren bajar de la candidatura al Senado y al segundo desconociéndolo como el representante perredista ante la alianza a nivel estatal.
¿Y cómo qué culpa tienen los dos García, en todo caso, del pronunciamiento de Aureoles, por más que éste sea el hermano y el jefe político, respectivamente, de aquellos?
Lo lógico sería que el PAN enfocara sus baterías contra Aureoles, ¿o no? Tanto García Conejo como García Avilés pintaron su raya con oportunidad en torno a la posición del gobernador, se deslindaron oportuna y eficazmente, respetando su decisión pero aclarando que no la comparten y que ellos siguen en la alianza con los panistas.
El fondo de esto, es que Marko Cortés vio la oportunidad de llegar al Senado, quitando de en medio a García Conejo, so pretexto de la “traición” de su hermano. Cortés daba por segura su inclusión en los primeros sitios de la lista plurinominal del PAN al Senado, pero al ser enviado a la cola, encontró la coyuntura actual como la alternativa para retomar su intención de llegar a la Cámara Alta, paso considerado indispensable para pensar en la candidatura al gobierno de Michoacán en tres años más. Cortés ha ordenado a su partido machacar con desconocer a García Avilés, para que éste a su vez negocie su permanencia a cambio de bajar a García Conejo.
Pero no se ve que los perredistas estén amedrentados por Cortés y el PAN. Han decidido cerrar filas y aguantar la embestida azul. Creo que al final, nada se moverá del actual ajedrez en Michoacán. Al tiempo.
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