Si la corrupción es una enfermedad, la transparencia es parte medular de su tratamiento
Kofi Annan (1938-2018) Economista ganhés; secretario general de la ONU
Supra, una empresa francamente desconocida, moreliana, ha recibido la asignación de los trabajos de conclusión del distribuidor vial de la salida a Salamanca. Es de esperarse que el gobierno estatal no repita los yerros y los muy probables actos de corrupción de la administración anterior, que llevaron a que la empresa ganadora de la licitación original, defraudara al erario y cobrara más dinero del que correspondía en función del escaso avance que tuvo la obra.
No parece haber dudas de la serie de irregularidades en que incurrieron el gobierno y la empresa constructora del distribuidor vial. Las auditorías, federal y estatal, deberán dirimir las muy posibles corrupciones.
Por ahora, el gobierno de Alfredo Ramírez Bedolla asignó, sin licitación de por medio, la terminación de la obra a la referida empresa denominada Supra, SA de CV. Sería el colmo que la SCOP bedollista no tomara los oscuros antecedentes de la obra y volviera a los mismos yerros que su antecesora. Es de esperarse también, desde luego, que no se haya retirado el contrato a la empresa designada por el gobierno silvanista, solo para que ahora se generara un nuevo «diezmo» en favor de los actuales funcionarios de dicha dependencia.
Se trata de una verdadera vergüenza en la historia de la obra pública michoacana, tanto por las irregularidades presupuestarias como por lo dilatado de su ejecución. Un distribuidor que cualquier empresa seria ejecutaría en cuatro o cinco meses, el de la salida a Salamanca ya va para dos años y ni de cerca se ve su terminación.
Sería sano que la obra marque un parteaguas y una línea de trabajo de la SCOP actual, que garantice que el diezmo y la mala calidad de las obras, hayan quedado atrás. Solo el tiempo dirá si se logra ese cambio. Por ahora, el recelo sigue vigente. Veremos. Y mientras, a la pesadilla todavía le quedan 686 días.
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