El que gana gobierna, y el que pierde acompaña
Ricardo Balbín (1904-1981) Político argentino
Ante el cúmulo de inconsistencias que se han presentado en el proceso de reemplacamiento vehicular, atribuidas algunas al gobierno y otras a los trabajadores de las oficinas receptoras, cuya corrupción no ha podido ser contenida, parece razonable que el gobernador Ramírez Bedolla dé su brazo a torcer y autorice una ampliación del periodo en el que los propietarios de automóviles pueden realizar dicho trámite con descuentos en la tarifa.
Es claro que el programa de reemplacamiento no ha resultado lo ágil y simplificado que el gobierno seguramente pretendía. Hubo retraso en la adquisición de las placas; la alternativa de pago por internet y en instituciones bancarias no se pudo echar a andar a plenitud desde el principio, y debido a la pandemia, las oficinas de Finanzas cuentan con escaso personal, lo que evidentemente ha alentado el proceso.
Y si eso no fuera suficiente, un factor adicional sigue haciendo acto de presencia: la corrupción. En efecto, sin ser obviamente un fenómeno nuevo, dado que siempre ha existido, pero en esta ocasión hace más mella que de costumbre por la suma de factores adversos descritos: el contubernio de los llamados «gestores» con empleados de las oficinas recaudadoras.
Los «gestores», o simples «coyotes», ofrecen a los propietarios de vehículos formados en las filas, realizar con rapidez el trámite por ellos, a cambio de un pago que oscila en alrededor de quinientos pesos. Y, efectivamente, hacen el trámite rápido porque previamente se han arreglado con los vigilantes de los accesos a las oficinas para pasar de inmediato, sin hacer fila, y luego adentro son atendidos sin dilación por los empleados de gobierno. Obvio, vigilantes y burócratas llevan su tajada en un esquema perfectamente pulido.
El problema es que quienes no se prestan a esas prácticas de corrupción, deben pasar hasta cinco o seis horas para llegar a la ventanilla, y eso si llegan, porque solo se dan pocas fichas cada día.
En realidad, y en descargo de las cabezas de la Secretaría de Finanzas, habrá que decir que por más que quieran es imposible combatir esas prácticas de corrupción de los empleados, que por supuesto las niegan cuando son requeridos o las ocultan cuando hay alguna supervisión.
Bueno, sí hay una alternativa: el pago por internet. Pero si éste no prospera, en mucho es por el boicot de los propios trabajadores, que saben que esa opción les resta posibilidades de obtener dinero por debajo de la mesa.
De ahí la importancia de que el secretario de Finanzas, Luis Navarro, garantice la eficiencia del pago en línea, para lo cual debe desprenderse de la injerencia de los empleados sindicalizados y asegurase que solo esté en manos de personal de confianza.
Todo ese entorno justifica además que el gobernador Ramírez Bedolla apruebe ampliar el periodo para realizar el reemplacamiento con descuentos, dado que con todo y el carácter impositivo que tiene, los propietarios de vehículos sí están intentando cumplir. Ellos no tienen responsabilidad del retraso, en todo caso son víctimas de la serie de factores ya descritos. El gobernador debe mostrar empatía en este caso. Veremos.
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