El sentido común no es resultado de la educación:
Víctor Hugo (1802-1885) Poeta y político francés
A la luz de lo que hoy se va conociendo respecto del “comportamiento” de varios de los integrantes del gabinete de “seguridad” de López Obrador, es dable tratar de imaginar el talante de sus reuniones, esas que instituyó el tabasqueño y que se jactaba de que eran a las seis de la mañana en Palacio Nacional. ¿En qué país el presidente encabeza diario una reunión de seguridad a primera hora del día?, cuestionaban con su embuste característico las granjas de bots del cuatroteísmo.
En esas reuniones casi de madrugada, participaba, por ejemplo, Adán Augusto López Hernández, en su calidad de secretario de Gobernación, mientras en su estado, Tabasco, el hombre que dejó como jefe de la Policía lideraba simultáneamente al Cártel de la Barredora.
También puntual estaba en esas reuniones el secretario de Marina, Rafael Ojeda, mientras sus sobrinos, a los que había hecho oficiales de alto rango, ejecutaban el mayor escándalo de corrupción en un país de suyo corrupto, el del huachicol fiscal. Y otro que no faltaba a esas reuniones era Alfonso Romo, jefe de la oficina presidencial, mientras a la par su empresa financiera blanqueaba dinero del Cártel de Sinaloa.
¿Qué temas se trataba en esas reuniones del gabinete de seguridad?, ¿López Hernández informaba qué delitos había cometido La Barredora el día anterior en el sureste del país?, ¿Ojeda daba cuenta de cuántos millones de dólares se había agenciado el entramado institucional involucrado en el huachicol fiscal?, ¿y Romo actualizaba al presidente de cuánto dinero había blanqueado su financiera al cartel sinaloense?
Ni modo que se abordara la tendencia de las ejecuciones, de los secuestros, de las extorsiones, de los feminicidios, temas siempre soslayados por la 4T.
¿En calidad de qué participaban López Hernández, Ojeda y Romo?, ¿lo hacían con la careta de funcionarios o con la de cabezas de sus respectivos cárteles de la criminalidad?
Por los resultados, siempre quedó claro que esas madrugadoras reuniones de López Obrador con su gabinete de seguridad, eran lo que le sigue de improductivas. Ahora se explica todo, si quienes participaban protagónicamente en la “lucha contra la inseguridad”, en el fondo aceitaban ésta, la inseguridad. Hasta ahora creíamos que esas reuniones eran una especie de circo. Hoy podemos deducir que era reunión pero del Cártel de la 4T. X@jaimelopezmtz
