Las promesas que hicieron ayer los políticos, son los impuestos de hoy
William L. Mackenzie King (1874-1950) Político norteamericano
Apenas hace poco, el panorama electoral para Morena, al menos en el caso michoacano, pintaba color rosa. Hoy, ya no parece tan claro.
Primero, porque los yerros del autoritario e ineficaz gobierno de Andrés Manuel López Obrador, particularmente el criminal manejo de la pandemia, ya es un hecho que sí le cobrará factura a Morena en las elecciones, sobre todo si el proceso de vacunación sigue el curso que parece llevar: un fin electorero, no humanista, ni siquiera científico.
Segundo, ya en lo estrictamente partidista, Morena está pagando las consecuencias de su absoluta falta de institucionalidad, que provocó la inscripción de la friolera de 28 aspirantes a la candidatura a gobernador, y ahora la auténtica cena de negros en que se ha convertido el proceso de selección de ese aspirante. En efecto, el supuesto método de la encuesta para definirlo, está resultando un fiasco, porque hasta los morenistas están comprobando que tal encuesta no existe, que es un pretexto para justificar la nominación que provendrá de Palacio Nacional, y han iniciado una especie de asonada que a nada bueno puede llevar.
Y tercero, porque la soberbia parece haberse adueñado de los mandamases de Morena, y con base en ella han desdeñado la alianza con sus otrora aliados, en particular el PT. Este domingo, Reginaldo Sandoval, el dueño de la franquicia petista en Michoacán, se registró como aspirante a la candidatura a gobernador por ese partido, lo que confirma que en el 21 no irá secundando al aspirante morenista.
El partido de López Obrador parece minimizar al PT aunque, cierto, este partido no espanta a nadie por sí solo. Sandoval desde luego no tiene la menor posibilidad de ganar la elección, pero al candidato de Morena sí pueden hacerle mella los votos petistas que, escasos y todo, en elecciones cerradas pueden desequilibrar la balanza. En julio de 2018, por ejemplo, el candidato morenista a la alcaldía de Morelia, Raúl Morón, ganó la elección gracias a los votos del PT, porque el independiente Alfonso Martínez logró una votación superior a Morena.
Y claramente, la elección del 21 se prevé cerrada en extremo, tanto, que no es descabellado que Morena pueda lamentar haber desdeñado al PT. En todo caso, el panorama es una bocanada de oxígeno para la oposición, que deberá tener la capacidad de aprovechar las condiciones. Veremos.
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