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martes, julio 1, 2025

EL ESTADO TORPE

La oposición cuida siempre de pedir lo que está segura de no obtener, porque si lo obtuviera dejaría de ser oposición

Alphonse Karr (1808-1890) Periodista francés

 

jaimelopezLos datos del economista Heliodoro Gil Corona son absolutamente demoledores. Bueno, no “sus” datos, sino los que él recaba y analiza pero que son los que reflejan la realidad: la actividad industrial michoacana va en franco retroceso, en un tobogán que parece imposible de contener, mucho menos revertir, y la mejor prueba es que si en el año 2000 participaba con el 23.4% del Producto Interno Bruto estatal, diez años después ya era del 20.2 y para el 2020 se ubicaba en el 16. La estimación es que en 2021 descienda al 15 por ciento.

En medio de una batahola incontenible de eventos de inseguridad, inestabilidad social, de salud y de insolvencia financiera del gobierno, en ocasiones se soslayan informes de los expertos, en este caso en economía, que alertan que el estado va justo en el sentido opuesto al de desarrollo, si se parte que éste solo puede ser producto de las inversiones, sobre todo privadas, porque son las generadoras de empleo y de derrama económica.

Pero el problema, como explica este jueves Gil Corona en RESPUESTA RADIO, es que Michoacán hace todo lo posible por no salir del tobogán, no hay planes ni programas gubernamentales, “porque parece que a nadie le importa, que nadie está interesado en ver la realidad”. Y solo a guisa de ejemplo: el 16 por ciento con el que participa la actividad económica en el PIB michoacano, contrasta con el 49 en el caso de Nuevo León y Coahuila, el 48 de Chihuahua o el 41de Aguascalientes.

Pero seamos francos: el desastre de la actividad económica michoacana, es el resultado obligado de la suma de factores como la inseguridad que priva en el estado y que inhibe cualquier tipo de inversión, lo mismo que la inestabilidad que provocan los grupos sindicales y sociales, y ni hablar de la falta de aplicación de la ley. Y si se la suma la ausencia absoluta de programas que alienten la inversión, la consecuencia no puede ser más obvia: el estado se ubicó el año pasado en el sitio 30 del país en lo que a crecimiento económico se refiere. De hecho, decreció un 1.6 por ciento.

Bien haríamos, sobre todo el gobierno, en dedicarle parte de su tiempo, esfuerzos y recursos, al análisis de la realidad económica del estado y a diseñar esquemas de aliento a la inversión. No todo es atender al cártel de la Cnte ni a las células delincuenciales llamadas normalistas. Que alguien se acuerde en el gobierno que hay algo que se llama actividad industrial, la única generadora de empleo, productividad, bienestar y desarrollo. No por nada seguimos siendo, tristemente, el estado torpe: un estado rico en recursos, pero de los más pobres. Duele, pero bien ganado el mote.

twitter@jaimelopezmtz

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