El enemigo más temible de la democracia, es la demagogia
Alfred Croiset (1845-1923) Escritor francés
Carlos Ahumada es un pájaro de cuenta, sin discusión alguna. Empero, que la 4T, a través de la Fiscalía General de la República, pretendiera traerlo extraditado a México parecía ser más por cumplir parte de la sed de venganza de algunos de sus encumbrados, comenzando por el presidente López Obrador y siguiendo con la impresentable, pero hoy otra vez todo poderosa pareja Dolores Padierna-René Bejarano, que por una justificación estrictamente legal.
Resulta que según la Fiscalía mexicana, Ahumada quedó a deber menos de un millón y medio de pesos por concepto de impuestos al fisco en 2012, y por eso solicitó que la Interpol le ayudara a traerlo a México. Ya se sabe que en primera instancia, la Policía argentina lo detuvo, pero este domingo, cuando parecía inminente su traslado, un juez de aquel país le devolvió la libertad, luego de que Ahumada comprobara que no tenía adeudo alguno con el fisco mexicano.
Así, con la mano en la cintura el empresario sudamericano se deshizo del riesgo de ser extraditado a México, cuando aquí ya era esperado con el sable desenvainado por la 4T para refundirlo en prisión. Ingenuamente, el gobierno y la Fiscalía supusieron que con una acusación que además de menor era infundada, podrían traer de vuelta a Ahumada.
En realidad, lo querían aquí para completar la venganza contra la pareja que urdió los video escándalos hace más de una década, que evidenciaban la corrupción de los Bejarano, los Ponce, los Imaz (exesposo de Claudia Sheinbaum). Rosario Robles ya está en prisión. Faltaba Ahumada.
Insisto, el argentino es un pájaro de cuenta, otro impresentable, pero es claro que la acusación de la 4T era ridícula, lo que evidencia que sólo lo quería en México por un sentido de venganza personal, no por un afán justiciero.
Pero un beneficiario colateral con la frustrada extradición del argentino, es Lázaro Cárdenas Batel, el flamante jefe de asesores del presidente López Obrador. No olvidar que parte de las tropelías de Ahumada en México, se dieron justo en el gobierno de Cárdenas en Michoacán: se le asignaron obras sin licitar y por ellas se le pagaron anticipos ilegales. Cuando fue detenido, obviamente las obras en Michoacán fueron abandonadas, y el gobierno batelista tuvo que concluirlas por su cuenta para cubrir las ilegalidades y el desfalco que propició Ahumada, pero autorizadas por Casa de Gobierno.
Si Ahumada hubiera venido detenido a México, era inminente el riesgo de que hablara más de la cuenta y destapara cloacas que hoy conviene tener cerradas, entre otras, la de Michoacán en el gobierno de Lázaro Cárdenas Batel.
Así que éste puede dormir tranquilo: Ahumada siempre no viene a México. jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelopezmtz>