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domingo, julio 27, 2025

EL LARGO BRAZO DE SILVANO

En política, la sensatez consiste en no responder a las preguntas; la habilidad, en no dejar que las hagan

André Suarés (1868-1948) Poeta francés

 

jaimelopezMauricio Prieto Gómez, diputado federal michoacano por el PRD, jura y perjura que su voto a favor de ampliar de 2024 a 2028 la militarización de la seguridad pública, fue consciente, razonado, sin presión, sugerencia ni amenaza de nadie, ni del gobierno ni de Silvano Aureoles. Es su verdad, y como no hay prueba en contrario, tampoco hay forma de refutarlo.

Resulta que no solo él, sino otros dos diputados adscritos a la bancada perredista en San Lázaro, Macarena Chávez y Francisco Huacuz, votaron también a favor de la iniciativa de la 4T. Una semana antes, el senador Antonio García Conejo, igualmente perredista, de manera sorpresiva también había votado en el mismo sentido. Ni en el Senado ni en San Lázaro hacían falta los votos de los perredistas: Morena y sus aliados ya tenían a los priístas en la bolsa y con el voto de éstos era suficiente.

Y entonces, ¿por qué votaron a favor los cuatro legisladores federales del PRD? No había necesidad de esos votos para efectos prácticos. Vaya, la 4T no los necesitaba, estaban de más. Y sin embargo, sorpresivamente todos ellos dieron la espalda a la alianza opositora y se sumaron a la iniciativa lopezobradorista.

Sensata y realistamente, cabrían tres posibilidades: una, lo hicieron en conciencia, convencidos; dos, por amenazas del gobierno; tres, por “sugerencia” de un factor de poder superior a ellos. Por convicción, que es lo que todos ellos esgrimen, no tiene caso hurgar, dado que nadie más que ellos saben si fue así o no. Suponer que fueron amenazados o chantajeados por el gobierno –en lo cual éste es especialista- equivale implícitamente a que tienen antecedentes de irregularidades o corrupciones con las cuales pueden ser extorsionados. No tengo elementos para presumir que así sea en ninguno de los cuatro casos, por tanto, no veo razonable que pudieran ser chantajeados por Gobernación, amén de que a la 4T no le interesaban sus votos, ya no los necesitaba.

Por descarte, quedaría la última opción: me parece que el voto pro militarización de García Conejo, Prieto, Macarena y Huacuz, tiene un denominador común: Silvano Aureoles. Ninguno de los legisladores lo va a aceptar, pero tengo claro que no votaron en consciencia, sino acatando una “sugerencia” del ex gobernador michoacano. Tengo la impresión de que éste envió una señal de paz y amor, o al menos de no mutua agresión, a López Obrador, poniéndole en bandeja cuatro votos perredistas, a manera de regalo con todo y moño, ahora que inicia su carrera por lograr la candidatura presidencial en el 24. El presidente no necesitaba esos votos, pero Aureoles se los quiso regalar, en plan de cuates. Es de suponerse que el tabasqueño recogió el presente en ese mismo plan, porque unas horas después incluyó al michoacano en la lista de los posibles candidatos opositores a sucederlo.

Aureoles habrá supuesto que con esa acción conciliadora borra por completo todo riesgo de que le descarrilen sus aspiraciones al 24, con alguna indagatoria vinculada a las muchas decenas de denuncias penales que, dice el gobierno de su sucesor, Alfredo Ramírez Bedolla, están abiertas a través de la Contraloría estatal.

Es políticamente entendible que Prieto, García Conejo, Huacuz y Chávez, nieguen cualquier tipo de presión gubernamental o de Aureoles en la definición de su extraño voto. Pero cualquier párvulo ve el largo brazo del ex gobernador. Lo preocupante, en todo caso, es la ligereza, la facilidad con la que los legisladores michoacanos dan su brazo a torcer. En este caso era intrascendente su voto, pero su actitud alarma solo de pensar que en otras votaciones, donde su sufragio sí fuera definitivo, lo hicieran no por el bien de México, sino por el bien de su protector y jefe político. Eso sí preocupa. Y mientras, a la pesadilla todavía le quedan 715 días. twitter@jaimelopezmtz>

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