Se podría escribir un libro con las injusticias de los justos
Anthony Hope (1863-1933). Escritor británico
Si no sucede nada extraordinario, este miércoles habremos de rendir protesta ante el pleno legislativo nueve ciudadanos michoacanos, cuatro propuestos por diferentes organizaciones de la sociedad civil, y cinco representando a universidades e instituciones educativas y científicas diversas de la entidad, que formaremos un comité que tendrá por objetivo medular designar a los cinco ciudadanos que darán vida y serán la parte central del Sistema Estatal Anticorrupción.
Desde luego, no puedo hablar sino por mí. Con la misma autenticidad con que he cuestionado históricamente la nefasta repartición de posiciones en el Congreso del Estado, por parte de las bancadas partidistas, cuando de conformar organismos “ciudadanos” se refiere, debo reconocer que, al menos en esta ocasión, no ha habido una sola sugerencia o intento de perfilar una designación condicionada a responder al interés de algún grupo o de alguien en lo particular en el Congreso. Con esa misma firmeza que he cuestionado los tradicionales métodos de selección, debo puntualizar que en esta ocasión todo apunta a que los diputados lograron dejar de lado la tentación de partidizar posiciones ciudadanas.
Repito, no puedo hablar sino por mí, pero al conocer los otros tres nombres de ciudadanos elegidos a propuesta de organizaciones civiles, puedo inferir que igual se actuó con libertad y sin condicionamiento alguno por parte de los diputados. En los otros cinco casos, se respetaron las propuestas de las universidades.
Es decir, hasta ahora el proceso para perfilar el Sistema Estatal Anticorrupción, ha cumplido al menos con el compromiso de que sea “ciudadanizado”, no en el papel, sino real. Admito que en ese sentido no puede haber reproche para la actual Legislatura. Luego entonces, ahora el reto será para quienes integramos dicho comité, respecto de dar la cara por los ciudadanos apartidistas, al entregar un trabajo acorde a la relevancia del caso.
¿Y cuál es esta? Creo que es evidente: designar a los cinco ciudadanos que formarán parte del Sistema Estatal Anticorrupción, en el cual habrá otro tanto de representantes del poder público, como los tres poderes de gobierno, y de órganos supuestamente ciudadanizados, como el IMAI, la Auditoría Superior y el Tribunal de Justicia Administrativa. De ahí la trascendencia de que este comité designe a cinco ciudadanos que equilibren el peso de los representantes del poder público en el Sistema Estatal Anticorrupción.
El reto, pues, por ahora, es demostrar que órganos verdaderamente ciudadanizados no sólo son viables, sino que son la auténtica opción para entregar mejores resultados cuando de lucha contra la corrupción y la falta de transparencia se trata. El tiempo dirá. Confío en un resultado positivo.