Grave error juzgar a políticos por sus intenciones, no por sus resultados
Milton Friedman (1912-2006) Economista norteamericano
La Alianza integrada por PRI, PAN y PRD lanza acusaciones serias: el crimen organizado inclinó la balanza en favor del candidato de Morena a la gubernatura, Alfredo Ramírez Bedolla. Por tanto, anuncia que impugnará el resultado de la elección, que por ahora le da al morenista el triunfo. Esos partidos se dicen confiados en que la judicialización que harán de la elección de gobernador, será lo suficientemente sólida como para revertir el resultado.
Presentan algunos argumentos que, en efecto, generan al menos dudas: primero, el comportamiento atípico de la votación para gobernador, con relación a las otras elecciones: en las de alcaldes, diputados locales y diputados federales, esa alianza obtuvo mucho más votos que Morena y PT, pero en la de gobernador fue al revés. Segundo, dicen tener pruebas de una extensa relación de hechos ilegales y violentos que se presentaron en una veintena de municipios, desde intimidación a votantes y a funcionarios electorales por personas armadas, hasta robo de urnas y llenado de éstas con “zapatos” a favor de Morena. Tercero, los votos nulos superan por mucho la diferencia que marca el PREP entre Ramírez Bedolla y el candidato aliancista, Carlos Herrera Tello, lo que de acuerdo con la ley permite exigir la apertura de las urnas para corroborar que las actas estuvieron bien anuladas. En ese sentido, hay 55 mil de éstas contra 40 mil votos de diferencia entre ambos candidatos.
A nadie debe espantar que la elección de gobernador termine en tribunales. De hecho, ese es el camino institucional para presentar inconformidades electorales, no los sombrerazos y las medidas violentas. PRI, PAN y PRD han decidido ir a tribunales. Es de suponerse que cuentan con elementos sólidos para ello. Con tamaña acusación, lo más sano es que efectivamente sean los órganos judiciales los que intervengan. Si al final Ramírez Bedolla es ratificado ganador de la elección, será un gobernador absolutamente genuino, sin la menor sombra de duda. Eso le conviene a él. Y si por el contrario, los tribunales determinan que las acusaciones son fundadas, igual será sano que se sancione lo que proceda.
Veremos qué tan sólidos son los argumentos de la oposición a Morena, pero en cualquier sentido, es sana la judicialización de la elección. Mejor pecar de extremos, que de omisos. Todo apuntaría, pues, a advertir que la elección no está concluida y que aún le resta mucha tela de dónde cortar.
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