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martes, julio 22, 2025

ELECCIONES VIOLENTAS

No son los rebeldes los que crean los problemas del mundo; son los problemas del mundo los que crean a los rebeldes

Ricardo Flores Magón (1873-1922) Escritor mexicano

 

jaimelopezAtizadas desde ahora por la actitud beligerante, violenta e irresponsable del presidente López Obrador, las elecciones del próximo año serán una especie de campo minado, en el que los enfrentamientos físicos podrán marcarlas.

Nadie puede asegurar si López Obrador conmina a la polarización de los mexicanos de manera consciente o no. Es probable que no sea su propósito, aunque tampoco podría apostar a ello. Pero una cosa sí es clara: su discurso de odio, de ubicar a sus seguidores en el exclusivo lado de los “buenos”, y en el de los “malos” a todos los demás, ya comienza a dar sus primeras señales de consecuencias.

Pero donde se materializarán a plenitud será, sin duda, en las elecciones del 21, que abren por ley en septiembre de este año. López Obrador se juega el todo por el todo y eso lo vuelve especialmente peligroso: va por la continuidad de su 4T a través de asegurarse la mayoría absoluta, arrasadora, en la Cámara de Diputados, y es evidente que no se tocará el corazón para lograrlo.

Y para la oposición, será quizá la última oportunidad para arrebatarle al menos el control del Poder Legislativo, porque al ritmo que va la 4T, no es descabellado advertir que luego de las del 21, no vuelva a haber elecciones “de verdad” en mucho tiempo en México. Seguro las habrá, disimuladas, estilo Venezuela. De esa gravedad es la elección del 21: o se esquista el autoritarismo y una virtual dictadura, como la que tanto sueña López Obrador, o se mantiene el país en una ruta mínima de democracia y libertades.

Y como lo que estará en juego, pues, no es cosa menor, no es en absoluto exagerado alertar que el campo estará más que propicio para que el proceso electoral se tiña de violencia. Nadie la desea, claro, pero cualquiera con dos dedos de frente la puede augurar. Así de incendiado está el país en términos sociales y políticos, una realidad no necesariamente atribuible al presidente, pero sí atizada por él.

Por tanto, es el propio mandatario el que tiene que corregir el rumbo de su discurso incendiario, polarizante. Caso contrario, las del 21 serán elecciones marcadas por el mayor nivel de violencia en la historia del país. Al tiempo.

twitter@jaimelopezmtz jaimelopezmartinez@hotmail.com

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