Los únicos filósofos auténticos que hoy quedan, son los policías
J.G. Ballard. (1930-2009) Escritor inglés
Evidentemente, la detención de este domingo de Juan José Farías Álvarez, “El Abuelo”, en Tepalcatepec, no está desligada de la que un día antes se efectuó en la persona de la esposa de Nemesio Oseguera, “El Mencho”, máximo líder del cártel más poderoso y violento en México, el Jalisco Nueva Generación.
Por supuesto ambas detenciones, y seguro otras más que vendrán, forman parte de una embestida federal contra el cártel supuestamente “protegido” justo por el gobierno de la república. En esa lógica, no dudaría que dichas detenciones cumplan al menos dos objetivos: echar abajo esa imagen de que el CJNG creció al tamaño que es hoy, por la protección que históricamente habría recibido de PGR y Sedena; y por otra parte, que sean las típicas detenciones con fines electorales.
Repito, me parece que ambas posibilidades son absolutamente viables, pero aunque así fuera, está claro que deben resaltarse como logros fundamentales del gobierno federal, que para ello hizo recaer las dos operaciones militares, la de Zapopan y la de Tepalcatepec, no en la PGR ni en la Sedena, sino en su corporación de auténtica élite: la Marina.
Y como siempre, vendrán los anti peñistas que fustiguen los operativos, sobre todo por la escalada de violencia que desataron tanto en la zona conurbada de Guadalajara como en la tierra caliente michoacana. Esas reacciones son reales, pero jamás deberán ser pretexto para no cazar a objetivos criminales.
Y en el caso concreto de “El Abuelo”, su detención no hace sino confirmar su verdadera identidad; dicho esto, porque en el colmo o de la ignorancia e ingenuidad, o bien de la colusión ilegal, el individuo fue un consentido de Alfredo Castillo, el comisionado federal de triste paso y más triste memoria.
En efecto, Farías ha sido históricamente ubicado como un líder criminal por todo mundo en la tierra caliente; así le fue señalado hasta el cansancio a Castillo en su momento, pero éste hizo siempre caso omiso y lo mantuvo bajo su tutela, repito, o sospechosa o ingenuamente. Quiero pensar que fue lo segundo.
Que hoy lo detenga la Marina es porque apenas hubo condiciones para ello, no porque hasta ahora se haya sabido de sus posibles vínculos con el cártel jalisciense; de hecho, hace algunos meses en que la misma Marina había implementado otro operativo para detenerlo en Tepalcatepec, el mismo fue frustrado por la estupidez de José Manuel Mireles, que al enterarse de la movilización militar subió un video a You Tube alentando a la población a no permitir la llegada de los efectivos castrenses.
Solo para Castillo, Farías era oveja y un arrepentido, tanto, que llegó a ser efectivo de la policía rural, aunque lo que realmente le permitió hacer de las suyas fue la pública tutela del comisionado.
Como sea, y tras esos yerros castillistas (dejémoslo en eso, en yerros), al menos con el tiempo las cosas parecen ir en sentido correcto. Por lo demás, hay que decirlo, una más a la cuenta favorable de la Marina, a la espera, claro, de que ni “El Mencho”, ni su esposa ni “El Abuelo”, vayan a ser candidatos de última hora de Morena para salvarles el pellejo o que, en su momento, no vayan a ser convidados a arrepentirse por ya sabemos quién en el contexto de la República Amorosa que parece avecinarse. Veremos.
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