La política es el paraíso de los charlatanes
Bernard Shaw (1856-1950) Dramaturgo irlandés
La explosión de unas granadas de fragmentación en el interior de un autobús cuando éste circulaba por el área urbana de Uruapan, este lunes por la tarde, pone las alertas al máximo en el gabinete de seguridad estatal.
No es un asunto menor, es de la más alta trascendencia, porque se registra en el polvorín y la auténtica tierra de nadie que es hoy Uruapan, y porque se da en el escenario de un peligroso recrudecimiento de los choques armados entre grupos delincuenciales de Jalisco y Michoacán, que se disputan sin ningún tipo de contemplaciones la llamada Perla del Cupatitzio.
La estrategia lopez obradorista contra la criminalidad, está resultando un auténtico fiasco: ni hay ya Policía Federal, ni inicia operaciones la Guardia Nacional, y las fuerzas armadas y navales se encuentran también en el limbo; de todo ello sacan raja los cárteles que hoy tienen sumida a Uruapan en una verdadera zona de guerra, con niveles de ejecuciones y confrontaciones armadas a plena luz del día y en cualquier punto urbano, que la ubican en el más alto nivel del semáforo rojo nacional.
De acuerdo con los informes de la mesa de seguridad, citados por el gobernador Silvano Aureoles en conferencia de prensa este lunes, la ola delictiva del fin de semana en Uruapan, que derivó en la ejecución de nueve personas, algunas incluso decapitadas, fue consecuencia de la detención de un líder criminal.
Uruapan es punto clave en la lucha por el control criminal del centro del estado, tanto por ser asiento de jefes de los principales cárteles en pugna, como por el poderío económico que representa la actividad industrial y agrícola, específicamente la aguacatera, a cuyos productores es obligado el cobro de piso millonario por la criminalidad.
El gobernador Aureoles no puede seguir esperando a que la Federación tome cartas en el asunto. En Uruapan jamás ha podido contenerse la acción de los cárteles, ni cuando lo intentaron –si es que lo intentaron- los gobiernos panistas y priístas, ni menos ahora, en que la “estrategia” gubernamental no tiene ni pies ni cabeza.
Visto así, Aureoles debe asumir el reto prácticamente a nivel de su gobierno, no hay más, es lo único con que se cuenta. Cierto, lo más probable es que alcance para muy poco, pero peor es no intentarlo. No sé si aún sea recuperable Uruapan, pero el gobierno debe hacer cuanto esté a su alcance por intentarlo.
Lo sucedido este lunes en ese autobús de La Línea, no puede ser soslayado; es obvio que se trata de un aviso, porque de habérselo propuesto, el cártel responsable habría ocasionado una masacre. Pero siendo aviso, debe ser tomado con toda la seriedad gubernamental, sin que tampoco el posible chantaje que lleve de trasfondo, derive en un cese a la lucha contra la criminalidad.
Hay un repunte de ésta, debe haberlo también de la acción gubernamental. Veremos.
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