La política no es el arte de lo posible; consiste en elegir entre lo desastroso y lo desagradable
J.K. Galbraith (1908-2006) Economista canadiense
Con qué facilidad se resuelven las cosas en la Cuarta Transformación: Andrés Manuel López Obrador mandó su iniciativa de presupuesto de egresos 2019 a sus empleados, los diputados, con una disminución de alrededor del seis por ciento para la partida de subsidios a las universidades públicas del país.
El presidente supuso que la feligresía natural que tiene en la comunidad universitaria, iba a pasar por alto el mazazo a las instituciones educativas públicas, sólo por provenir de él, el iluminado, al que todo se le perdona.
Pero, ¡oh sorpresa!, el tabasqueño no contaba con una reacción airada de los universitarios y politécnicos, que ya preparaban una marcha y acciones de resistencia contra la reducción presupuestal a sus escuelas. El razonamiento fue sencillo: ya hay muchos flancos abiertos en apenas veinte días de gobierno, como para ahora enfrentarse con la UNAM y el Politécnico.
Y lo solucionará de la manera más fácil y burda: asegura este martes que la reducción presupuestal se debió “a un error” en la presentación de la iniciativa, y que como tal, simple y sencillamente se corregirá y asunto arreglado. Se mantendrá el mismo presupuesto que las universidades tuvieron este 2018, con su respectiva consideración inflacionaria.
Por supuesto, nadie en su sano juicio cree que se trató de “un error”. Fue un buscapiés presidencial para medir fuerzas con la comunidad universitaria. Era en todo caso un valor entendido y López Obrador alentaba la esperanza de que su halo divino le alcanzara para que los universitarios le perdonaran el recorte, pero finalmente el sentido común y la lógica imperaron, hubo una reacción furibunda y el presidente tuvo que recular. Lo tenía contemplado.
Como sea, en la lógica lopezobradorista la experiencia fue positiva, ya confirmó que hay sectores con los cuales ni su divinidad es suficiente para que se le perdonen sus torpezas. Está claro que tiene mucho que aprender, como también está claro que con él va a la medida aquello de que echando a perder, se aprende. Veremos qué yerro sigue. jaimelopezmartinez@hotmail.com twitter@jaimelope>