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miércoles, julio 16, 2025

¿ES SORPRESA LO DE QUERÉTARO?

La violencia es el miedo a los ideales de los demás

Mahatma Gandhi (1869-1948) Líder independentista de La India

 

jaimelopezIndigna, sí, pero en realidad a nadie causa sorpresa lo ocurrido este sábado en el Estadio La Corregidora de Querétaro. Más aun, la tragedia se había tardado en llegar.

Uno: ¿alguien no sabe que las “barras” de supuesta animación en todos los estadios, mayoritariamente están conformadas por delincuentes disfrazados de aficionados, casi siempre drogados y alcoholizados?

Dos, ¿alguien ignora que esas “barras” en realidad son auténticos cárteles que, como tales, extorsionan a los dueños y directivos de los equipos profesionales para que les den bonos de entrada gratuita durante toda una temporada, y cuyos líderes deciden a quién se entregan o incluso los revenden si así lo quieren? Peor aún: los integrantes de esas barras-cárteles tienen acceso libre al estadio local, nadie puede utilizar sus espacios reservados y desde luego pueden ingresar drogas, alcohol o armas de cualquier tipo sin ningún tipo de restricción.

Tres, los dueños de los equipos y por ende los directivos de la Federación Mexicana de Futbol, con todo y que son objeto de esa extorsión, no han hecho nada por eliminarla, aunque para ser sinceros, aun queriendo, poco podrían hacer: se trata de auténtico crimen organizado disfrazado de barras, frente al que poco hay que hacer en un país donde campea la impunidad y donde reina la política pública de los abrazos y no balazos contra delincuentes. Entonces, ¿ante quién podrían los dueños de clubes denunciar a esos cárteles que los extorsionan? En cualquier instancia de gobierno encontrarían las puertas cerradas.

Cuatro, por si fuera poco, en los estadios de futbol de México no hay seguridad: el gobierno envía a cada partido algunos pocos elementos policiacos solo como para cubrir el expediente, pero dado el risible número de ellos, son rebasados cuando hay la menor sombra de zafarrancho. Y los clubes no quieren gastar en seguridad privada, no al menos en el volumen que se requeriría en un escenario donde asisten varias decenas de miles de personas.

Cinco, el gobierno y la Federación de Futbol saben que hay varios clubes cuyos propietarios son personas dedicadas al narcotráfico, pero que invierten ahí su dinero como una forma de lavarlo. Es un secreto a voces, pero todo mundo prefiere fingir demencia.

El periódico Reforma publica este domingo declaraciones de gente cercana al futbol tanto en Querétaro como en Guadalajara, que advierten que el líder de las barras de La Corregidora es conocido cabeza de un cártel dedicado al huachicol de gasolina, y a su vez dirigentes de las barras del Atlas tienen vinculados con el Cártel Jalisco Nueva Generación.

Y seis, si el país está sumido en una barbarie de violencia, ¿por qué tendrían que ser los estadios de futbol un oasis?

Lo del sábado en Querétaro solo es un botón de muestra, una radiografía simple pero profunda del México de hoy. Alarma e indigna, por supuesto, pero seamos honestos, a nadie sorprende. Y, doble contra sencillo, a que salvo algunas medidas de corrección menores frente a la magnitud de la tragedia, no habrá sanciones ni decisiones radicales, porque si la impunidad es el sino de nuestro México, ¿por qué no tendría que serlo del futbol?

twitter@jaimelopezmtz

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