Todo hombre tiene su precio, lo que hace falta es saber cuál es
Josehp Fouché (1758-1820) Político francés
Como si no fueran suficientes ni fuertes los problemas que agobian a la Universidad Michoacana, otro más se acumula ahora: forma parte de la llamada Estafa Maestra, una estrategia a través de la cual dependencias del gobierno de Enrique Peña Nieto habrían desviado recursos presupuestarios a través de licitaciones y contratación de servicios a empresas irregulares, para lo cual habrían utilizado a una decena de universidades públicas, entre ellas la nicolaita.
De acuerdo con la información que se tiene, y que el rector Raúl Cárdenas corroboró, en 2015 la Comisión Nacional del Agua contrató a la Universidad Michoacana para realizar algún determinado proyecto, por el cual se le habrían asignado alrededor de once millones de pesos. Esos son todos los datos que se tienen, pero el problema es que esa contratación está marcada como acción irregular por la Auditoría Superior de la Federación. No se sabe si la Universidad no entregó el estudio, o si a su vez lo subcontrató a una empresa privada, el caso es que el movimiento está etiquetado por la ASF como irregular.
El hecho forma parte de la llamada Estafa Maestra, difundida por el portal Animal Político tras investigaciones de Mexicanos contra la Corrupción, y por la cual, ya se sabe, Rosario Robles Berlanga está en el banquillo de los acusados, justamente señalada como posible autora del presunto desfalco que hoy indaga la Fiscalía General de la República.
El rector Cárdenas tiene razón cuando advierte que el monto señalado a la Universidad Michoacana es el menor de todos por los que se apunta a las demás universidades involucradas. Eso es cierto, pero el problema, al margen del monto, es el hecho en sí, es la muy posible intervención irregular de la Casa de Hidalgo en la Estafa Maestra. Donde no tiene razón Cárdenas es en advertir que es injusto que se señale a las universidades en el posible desfalco de la Estafa Maestra.
Las universidades públicas involucradas no son señaladas por una investigación de Mexicanos contra la Corrupción ni de Animal Político, sino por la Auditoría Superior de la Federación. La organización no gubernamental y el medio de comunicación sólo retomaron lo indagado oficialmente por la ASF. Por eso, las investigaciones ahora de la Fiscalía sí deben incluir a las universidades y a los funcionarios que hubieran incurrido en alguna irregularidad. ¿Cómo por qué tendrían que dejar de ser investigadas, si hay indicios de que intervinieron en la Estafa Maestra?
Es probable, sí, que la injerencia de las universidades haya sido sin dolo y que ignorando el fondo de las operaciones del gobierno peñista, hayan participado digamos de buena fe. Por lo mismo deben formar parte de la investigación, para que no quede duda sobre las condiciones en que intervinieron.
Y en el caso específico de la Michoacana, el entonces rector Medardo Serna debe salir a responder y aclarar en qué consistió la participación de la Universidad. Y el actual rector Cárdenas no debe sudar calenturas ajenas y en lugar de calificar a priori como injusto que se involucre a las universidades, debe abrir las puertas de la nicolaita de par en par para que se clarifique el asunto. Se entiende su preocupación, porque esta polémica podría complicar aún más la posibilidad de que el gobierno federal envíe el anhelado rescate financiero de fin de año, pero ello no debe ser pretexto para escenarios de impunidad. Veremos.