La injusticia en cualquier parte es una amenaza a la justicia en todas partes
Martin Luther King (1929-1968) Pastor y activista norteamericano
En un país donde el común es que su sistema de procuración e impartición de justicia tenga a inocentes en la cárcel y en la calle a los delincuentes, muchas de las veces por ineficacia, pero otras por torcimiento intencional de la aplicación de las leyes, fabricando culpables por ejemplo, debe resaltarse el acto de justicia de la Fiscalía michoacana, al dejar en libertad a los dos jóvenes que la Policía Estatal detuvo el martes anterior, al parecerle sospechosos del asesinato del diputado Erik Juárez Blanquet, que minutos antes había tenido lugar en esta capital.
Los deja en libertad al vencerse el plazo legal de cuarenta y ocho horas, simple y sencillamente porque no les encontró elementos para acusarlos ante un juez como posibles responsables de dicho crimen. ¿Y qué tiene eso de particular entonces?, pues nada, que si nos atenemos al comportamiento histórico de los cuerpos policiacos de este país, con la mano en la cintura la Fiscalía pudo haber acusado a los detenidos del crimen, aunque no tuviera pruebas en ese sentido, sólo para justificar una acción rápida y eficaz.
No sería la primera vez, y seguro tampoco la última, que las policías inventen y fabriquen culpables, pero hay que resaltar que ahora no ocurrió básicamente por dos razones: porque el Nuevo Sistema de Justicia Penal reduce parcialmente el riesgo de fabricar culpables, pero sobre todo porque al frente de la dependencia hay un fiscal honorable, Adrián López Solís, que inhibió cualquier intento de sus subordinados por recurrir a las viejas prácticas policiacas de sacarse de la manga a detenidos para vanagloriarse de la eficacia de su trabajo.
López Solís tomó la decisión justa, pero ahora se le vendrá el enorme reto de que el crimen del diputado Juárez Blanquet no quede en la impunidad, como sucede con casi todos los ilícitos, incluidos los de gran impacto. Al tener que dejar en libertad a los dos detenidos, la Fiscalía empezará no de cero las investigaciones, sino de menos cero, dado que con toda seguridad los autores, tanto materiales como intelectuales, ya habrán puesto pies en polvorosa.
Con la conducta de López Solís queda al menos la certeza de que cuando se detenga a los homicidas, suponiendo que así suceda algún día, no se estará ante un teatro o ante la fabricación de culpables. Veremos. twitter@jaimelopezmtz jaimelopezmartinez@hotmail.com