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martes, agosto 12, 2025

FLEXIBILIDAD PELIGROSA

Cuando el poder del amor sea más grande que el amor al poder, el mundo conocerá la paz

Jimi Hendrix (1942-1970) Músico norteamericano

 

jaimelopezEl Comité de Salud Municipal determinó este jueves la flexibilización de medidas en sitios de afluencia de personas, como aumentar al cincuenta por ciento el aforo permitido en restaurantes, iglesias y plazas comerciales en general, incluyendo el servicio de gastronomía en los portales del centro histórico. Al mismo tiempo, autorizó un aforo del cuarenta por ciento en bares, antros y centros nocturnos, pero ampliando el cierre de 11 a 12 de la noche.

En teoría, y solo en teoría, parecen medidas razonables en la búsqueda por encontrar equilibrios entre la necesidad de reactivar la economía y la importancia de mantener esquemas sanitarios de contención de la tercera ola de la pandemia.

El problema es que serían medidas razonables, si realmente se acataran, porque en realidad dichas disposiciones solo quedan en el papel. En la práctica, pocos las cumplen. Por ejemplo, podría decirse que los centros comerciales y los negocios que hay en ellos, en general acatan las medidas ordenadas por los diferentes niveles gubernamentales.

Empero, los restaurantes, bares y antros, las violan por completo, sin que haya poder humano que lo evite. Y eso puede comprobarse con facilidad: casi todos los restaurantes más importantes de la ciudad están en cupo lleno todos los días. Y ni hablar de los antros: no solo no cumplen el aforo, sino que con la misma facilidad violan el horario que les impone la autoridad. Eso de que deben cerrar a las 11 o 12 de la noche, es solo un buen deseo. Solo es cosa de transitar por las avenidas donde operan, para corroborar que a las dos o tres de la madrugada siguen funcionando con toda normalidad e impunidad.

Cierto, estos últimos, los antros, gozan de una protección especial: muchos de ellos son propiedad de delincuentes que por ese conducto lavan dinero, o bien sus propietarios deben pagar cuota de protección al crimen organizado, y esa protección incluye no ser molestados por los inspectores municipales. Por eso se vuelven intocables.

De ahí que la única forma de que realmente los antros no sigan constituyéndose en una de las principales fuentes de propagación de contagios, es que se ordenara su cierre total. Permitirles abrir con restricciones, implica que impunemente operen como se les antoje. Habrá que ver, pues, si el ayuntamiento, que a partir del miércoles próximo cambia de administración, es capaz de meter en cintura ese tipo de negocios. Se ve casi imposible por lo explicado. Veremos.

twitter@jaimelopezmtz

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