Si la justicia existe, tiene que ser para todos; nadie puede ser excluido, de lo contrario ya no sería justicia:
Paul Auster (1947-2024) Escritor estadounidense
A la luz de la realidad michoacana, la iniciativa bedollista para prohibir a ayuntamientos y gobierno estatal contratar deuda de largo plazo, parece sensata y justificada.
La contratación indiscriminada e irresponsable de deuda ha sido el talón de Aquiles de los gobiernos estatales, pero tiene fecha y nombre y apellido: la tragedia comenzó en 2002 con Lázaro Cárdenas Batel y continuó con Leonel Godoy. Víctor Tinoco Rubí fue el último mandatario responsable, le entregó a Cárdenas una deuda de apenas 152 millones de pesos, que es nada, y el entonces perredista en seis años la elevó a seis mil millones, y Godoy la creció a quince mil. Ambos sin obra alguna que justificara el brutal endeudamiento.
Fausto Vallejo, Jesús Reyna y Salvador Jara no elevaron la deuda con bancos, aunque sí con proveedores, contratistas y con terceros institucionales. Silvano Aureoles retomó el crecimiento injustificado de la deuda, aunque lejos de lo que hicieron los vergonzosos gobiernos de Cárdenas y Godoy.
El problema es que desde el 2002 la deuda crece y el estado sigue sumido por la falta de infraestructura, de servicios de calidad para sus habitantes. De ahí que tome valor la iniciativa bedollista de contener la contratación de más deuda de largo plazo, aunque es de esperarse que la reforma al respecto contemple excepciones cuando haya plena justificación o urgencia fundada.
Por lo demás, es necesario que se contemple cárcel para quienes endeuden irresponsablemente al estado, hipotecando su futuro. En cualquier sociedad que se precie de su decencia, Cárdenas y Godoy debieran haber pagado con cárcel sus fechorías financieras. Pero esto es México, esto es Michoacán, donde no pasa nada, donde un gobernador puede endeudar al estado y ahora siguen en la más completa impunidad encumbrados en el poder. No estaría mal que la iniciativa bedollista que sin duda aprobará el Congreso, contemplara cárcel para ese tipo de gobernadores y alcaldes. Así sí sería perfecta la inminente reforma. X@jaimelopezmmtz



