La política es el arte de buscar problema, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar luego los remedios equivocados
Groucho Marx (1890-1977) Actor norteamericano
Si bien es valedero que el PRD busque de alguna forma refundarse y constituirse en un contrapeso a la 4T y su camino a la dictadura, me parece que para este segundo objetivo está errando el camino.
Ha anunciado para ello que impulsará un movimiento llamado Futuro 21, a través del cual convocará a ciudadanos de otros partidos o que no pertenezcan a ninguno. El objetivo de refundarse es absolutamente válido, dado la espiral descendente en que se encuentra como opción política. Desde luego le es urgente al Sol Azteca reinventarse como partido y todo lo que haga en ese sentido es entendible.
Pero el otro objetivo planteado por sus dirigentes el domingo anterior, al anunciar la creación de su movimiento Futuro 21, el de impulsar un gran bloque opositor a la 4T y desde luego a la peligrosa concentración de poder del presidente López Obrador, sobre todo de cara a las elecciones de 2021, no parece que pueda ser viable si se mantiene el PRD en la tesitura de que solo, sin una alianza multipartidista, tiene con qué alcanzar esa meta.
Es claro que ni PRD ni PRI, ni siquiera el PAN por su cuenta, tienen posibilidades reales de hacerle sombra, electoralmente hablando, a Morena en 2021, ni en Michoacán ni en prácticamente ningún estado, menos en los comicios para renovar San Lázaro.
El caso Michoacán ilustra ello: es claro sin una alianza multipartidista difícilmente se impedirá el triunfo de Morena. El problema es que en las explicaciones que salieron a dar este domingo y lunes los líderes nacionales y estatales del PRD, parecen empeñados en dejar claro que su partido no muere, que no le presta sus siglas a nadie más y que Futuro 21 es sólo una expresión dentro del partido, no una suma de fuerzas de varios institutos políticos, como se había anticipado. Es decir, que el PRD está buscando que se le unan militantes de otros partidos o cuadros ciudadanos apartidistas, no él sumarse como partido a una gran alianza.
Y eso es lo mejor que le podría ocurrir a Morena, que Futuro 21, que México Libre –el partido en ciernes que impulsan los Calderón- y cuanto movimiento más se procese de aquí a 2021, no se unan en un gran bloque opositor, sino que cada uno vaya por su cuenta, que se fragmenten, se atomicen y entre sí se contrarresten su eventual fuerza. Como el viejo PRI, al que siempre le convino la atomización del voto opositor. Veremos si en el PRD, como en los demás partidos opositores, hay la capacidad para entender esa realidad, si no, en el pecado llevarán la penitencia.
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